miércoles, 29 de abril de 2009

ZAPATERO SE HACE EL SORDO

El pasado día 25, en Pontevedra, se clausuró el Congreso del PSdG con la intervención de José Luis Rodríguez Zapatero. En el discurso que cerraba el Congreso afirmó, muy ufano, que nadie esperara un despido más barato ni un recorte de la protección social. Todo su alegato, ayuno de referencias a los problemas concretos de Galicia, estuvo cuajado de referencias a lugares comunes con expresiones como estas o muy parecidas.
Piensa en voz alta, ante sus incondicionales, que van a arreciar las voces de los que quieren contratos con menos derechos de los trabajadores, facilitando el despido de los mismos. Pedirán igualmente recortes en gasto público y reducciones notables en las partidas sociales. Frente a estas pretensiones, y convencido de que así ofrece la mejor solución para remontar esta crisis económica, propone sus principios de cohesión social y justicia, negándose a que sea el mercado lo que regule nuestra sociedad. Se trata, dijo, de una nueva redefinición del orden político-social.
Para conseguir estas metas, se comprometió a involucrarse de lleno en la solución de la crisis, recurriendo a su “alto sentido de la responsabilidad” para combatir contra el paro y a favor del empleo. No duda en pronosticar que con este combate ganaremos claramente haciendo un gran esfuerzo de inversión pública ante la parálisis de la inversión privada, que va a empezar a dar resultados dentro de poco tiempo". Ha insistido en que se impone un nuevo modelo de crecimiento para que, “cuando salgamos de la crisis, la recuperación económica no se base en el ladrillo y la especulación”.
Pese al paro masivo que padecemos, se impone el mantenimiento, contra viento y marea, de los principios socialistas. Y para ello promete desoír a los agoreros que reclaman cambios en sus políticas. No habrá, dice, ni despido más barato, ni recortes de la protección social. Si habrá inversión pública, tanta como sea necesaria para comenzar rápidamente nuestro despegue económico.
Destaca en este discurso de Zapatero un optimismo iluso y un candor admirable. Para él, la recuperación económica está a la vuelta de la esquina y no hay más que estirar la mano para alcanzarla. Su triunfalismo irresponsable no será capaz de enmascarar la cruda realidad, ganada a pulso, y que coloca a España ante el abismo de una tremenda y posiblemente prolongada deflación. No hay nadie que, en este momento, pueda predecir el momento en que se produzca nuestra recuperación económica. Los 5 millones de parados aparecen ya en el horizonte, a principios del año 2010, más que como una pesadilla, como una tremenda y amenazadora realidad.
Y ante tamaña perspectiva, Zapatero pone en marcha toda una serie de ocurrencias, alguna de ellas claramente absurda, que piensa que solucionarán el problema. Insiste en un gasto público abultado y sin control que se emplea en cualquier cosa, menos en incentivar la productividad y la competitividad de las empresas. Cualquier cosa, menos adoptar medidas estructurales definitivas que ayuden positivamente a nuestra recuperación económica. Con el déficit público creciendo continuamente nos ha colocado ya en el horizonte de una terrible deuda que habrá que saldar algún día. Y de seguir así, el horizonte de la deuda será temporal y nos llevará a otro horizonte mucho más desolador, el horizonte de la ruina y la miseria. Y, ¡quién sabe!, a lo mejor hasta fuera del euro.
Claro que el Estado tiene la obligación de intervenir en situaciones de crisis económica como esta. Y las ayudas son absolutamente necesarias para prevenir una fractura social. Ayudas sociales a desempleados y ayudas estratégicas, como no, a los diversos sectores de la economía que lo precisen. Pero gastar por gastar, como si fuera un deporte, debe estar descartado de raíz. Nada de pagar informes absurdos, como los realizados sobre la almeja amarilla o la almeja brillante. Y gastar el dinero, que no se tiene, en la apertura de centros y embajadas por parte de las Comunidades Autónomas. El dinero del contribuyente, ese dinero que alguien desde el Gobierno sentenció que no era de nadie, tampoco debe despilfarrarse en pagar cargos inútiles y en mantener toda una serie de asesores que requiere una administración tan sobredimensionada como la nuestra.
Pero Zapatero, en un ejercicio de abstracción perfecta e “impasible el ademán”, se ha aislado del mundo en que vive y piensa que los graves problemas que nos afectan son simples dificultades de muy fácil solución. Ha batido todos los récords en destrucción de empleo. Pero esto no es óbice para que hoy, en Estrasburgo, acudiera a su habitual y demagógico populismo y afirmara que se siente muy cerca de los trabajadores. Y agregó, a renglón seguido, que se va a dejar la piel por un orden económico “más justo en el que ganen los más débiles y pierdan los poderosos”.
Aunque está llevando a España al mayor desastre económico de la historia, se atreve a insinuar, ante la Asamblea Plenaria del Consejo de Europa, que cuando se haga cargo de la Presidencia Europea, acabará con los problemas de la zona euro. Más aún, motejó de cínicos a los que piden la reducción del gasto público y la flexibilización de los contratos laborales. Piensa convertir el reto de la Presidencia española del primer semestre de 2010, en todo un éxito nacional.
Entre tanto, el Banco de España no de de arrojar a Zapatero y a su Gobierno verdaderos jarros de agua fría. Asegura el banco emisor que la caída del PIB se intensificó en España durante los tres primeros meses del año. Es la mayor contracción de la economía española en un solo trimestre, desde los años 70, que es cuando el Instituto Nacional de Estadística pone en marcha la contabilidad nacional. Este es el dato sangrante que Zapatero parece ignorar: la economía española se contrajo, durante el primer trimestre de 2009, nada menos que un 2,9% en tasa interanual, y un 1,8% en tasa intertrimestral.
Pero como Zapatero carece de las túnicas de Rappell, se pone la ceja y ahuecando la voz continúa con sus vacíos pronósticos, y afirma que lo peor ya ha pasado y que, por fin, hemos encontrado la senda de la recuperación económica. Será que es optimista por naturaleza. No obstante esto, pretender solucionar esta crisis con una simple salida social, como pretende Zapatero, es ignorar de plano el problema real en que estamos metidos. Las simples salidas sociales se transforman frecuentemente en auténticos problemas reales de muy difícil solución.

José Luis Valladares Fernández

martes, 28 de abril de 2009

EL CANON DIGITAL Y LA SGAE

La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) tiene ya más de 100 años de historia. En teoría, se trata de una organización encargada de gestionar tanto los intereses de los autores como los de los propios editores. Y toda esta gestión, según sus estatutos, debería realizarla sin el más mínimo ánimo de lucro.
Hasta 1987, gestionó, más o menos correctamente, el cobro y la distribución de los derechos de autor, lo que le proporcionaba cierto prestigio y el respeto unánime de los diversos estamentos de la sociedad implicada en el tema. A partir de esa fecha ese prestigio y respeto se fue perdiendo gradualmente, a medida que la SGAE aumentaba su voracidad recaudatoria.
Fue en 1987 cuando comenzó a declinar el crédito de esta organización al imponer una nueva remuneración compensatoria o canon por copia privada, que comenzó a aplicarse a ciertos medios de grabación. Esta tasa fue introducida por la Ley 22/1987, del 11 de noviembre. Dicha Ley fue desarrollada y regulada en el Real Decreto Legislativo 1/1996, del 12 de abril, dictado por el último gobierno en funciones de Felipe González. Esta Ley de Propiedad Intelectual española obliga a que ese cobro se realice a través de entidades de gestión colectiva.
La degradación de la imagen de la SGAE aumentó en picado en el año 2003. En esta fecha se ganó el rechazo unánime de toda la sociedad al tratar de incluir el cobro más polémico, el cobro del llamado canon digital. Esta cuesta debajo por la que va cayendo la buena imagen de la SGAE se acelera con la actuación del presidente del Consejo de Dirección Teddy Bautista. Su campaña a favor de ese canon por copia privada en los distintos soportes audiovisuales, ha sido tremendamente agresiva. Llegó a calificar de "indispensable" esta remuneración. Y agregó: retribución "a la que tienen derecho todos los creadores y productores y que se viene cobrando desde 1992.
Son significativas, también las palabras de Pilar Bardem. De una manera provocadora nos dice que ese canon hay que defenderlo con uñas y dientes. Es más, nos recuerda que la remuneración por copia privada es “una cuestión de justicia y de principios” y que si se eliminara, tal como ha propuesto el Partido Popular en el Senado, se pondrían en juego 70 millones de euros anuales. Y, para hacer más fuerza, nos dice que parte de ese dinero recaudado se destina a programas culturales, asistenciales y de promoción. Se nota a la legua que han banalizado por completo el concepto de cultura. Para estas personas la cultura, en realidad, no tiene nada que ver con conocimiento, erudición, sapiencia y otros sinónimos parecidos
El establecimiento de esta tasa indiscriminada a todos los soportes audiovisuales se negoció sin tener en cuenta a los consumidores y sin la presencia de las autoridades. Y basan su postura en que, al tratarse de particulares, no es posible controlar ni el título, ni el número de copias realizadas. Esto les llevó a adoptar ese cobro o penalización generalizada e indiscriminada.
La Ley de Propiedad Intelectual, desde 2004, ha sufrido varias reformas o actualizaciones más o menos interesadas, y todas tendentes a la ampliación de ese canon digital. De este modo, han ampliado esta a todo tipo de soportes que sean idóneos para reproducir y almacenar cualquiera de los contenidos protegidos por derechos de autor. Consideran que los autores tienen pérdidas económicas por las copias privadas de sus obras realizadas por particulares.
Ante este estado de cosas, nada más norma que los usuarios de internet y la Asociación de Internautas en cabeza hayan protestado enérgicamente por el nombramiento de la nueva ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. Todo el mundo sabe lo aficionada que es a controlar los contenidos que protegen los derechos de autor. Es precisamente este motivo lo que llevó a la SGAE a voltear las campanas de su organización y a pregonar que se trataba de un nombramiento excelente.
Los nuevos conceptos por los que se cobran actualmente derechos de autor, supone una pasta considerable, pasta que en realidad nadie controla. Y no digamos el reparto de este dinero entre los diversos autores. De ahí que haya personas ajenas al sindicato de la ceja, involucradas en generar esos ingresos, que se quejen amargamente de que no entran en ese reparto. Es público el dato de que en 2007 la SGAE repartió el 75% de sus fondos entre el 1,73% de los autores. Todo un ejemplo.


José Luis Valladares Fernández

viernes, 24 de abril de 2009

ZAPATERO CAMBIA DE RITMO

El miércoles pasado, día 22 de abril, en la comparecencia semanal en el Congreso, Zapatero, consciente o inconscientemente, reveló el alcance de su última remodelación del Gobierno. Se trata, ni más ni menos, tal como el mismo manifestó ante el pleno de la Cámara, de acomodarlo a las recomendaciones y decisiones adoptadas por el G-20.
Según su explicación, las conclusiones de la Conferencia económica de Londres prevén un cierto giro en la actitud de los Gobiernos frente a la crisis y les exige un cambio de ritmo en su actuación. Según Zapatero, este cambio supone un punto de inflexión en el G-20 para dar un nuevo impulso a las medidas contra la crisis. Precisamente por esto, el presidente del Gobierno optó por aceptar esas recomendaciones del G-20, buscando un comportamiento homogéneo con ese grupo económico. Los antiguos ministros cumplieron con su obligación de parar el golpe de la crisis. Parado este, se impone un relevo de ministros para abordar, con la máxima celeridad, el despegue hacia la recuperación económica.
En una palabra, esta remodelación no supone más que un cambio de ritmo. Y es precisamente en esto donde aparece claramente la inutilidad de esos cambios. Más que cambio de ritmo, necesitábamos con toda urgencia un decidido cambio de rumbo, que no es lo mismo. Quizás por esto Rajoy le lanza a Zapatero esta dura advertencia: su Gobierno nos lleva “mucho más resueltamente al abismo”. Y continuó: "El mayor problema de la crisis económica es usted", ya que carece de objetivos claros y no sabe ni a donde va. A lo mejor es por esto por lo que no hace otra cosa que improvisar.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, más que en España, debe vivir en una Arcadia idílica, donde las ensoñaciones parecen cuajadas realidades. Así se explica que pueda decirnos que nunca España había jugado un papel internacional tan notorio y tan en primera línea como en este momento. Hasta ahora España, según confiesa, siempre había estado lamentablemente ausente de la escena internacional.
La visión que Zapatero tiene de la realidad actual española es tremendamente subjetiva e ilusoria. De ahí que afirme que las medidas económicas, diseñadas por el anterior ejecutivo, estén “empezando a mostrar su eficacia”. Y ahora, el nuevo Gobierno deberá acelerar su ejecución para aprovechar el marco internacional y así “avanzar más rápido que los demás” hacia la fecuperación. Reconoce, aunque con cierta zozobra interior, que seguimos en la fase aguda de la crisis, pero no duda en conjeturar que se producirá muy pronto “un escenario más favorable”, sobre todo para el empleo.
No se en que se funda, pero Zapatero ve ya signos claros de esperanza, que apuntan a una mejora de la situación económica. Y, en cuanto al paro, afirma que va a tener “un color más llevadero en los próximos meses”. Más o menos, esto mismo es lo que augura para las pensiones. Piensa que la Seguridad Social cerrará el ejercicio de 2009 con un superavit de 5.586 millones de euros. Y esto, dice, garantiza la tranquilidad a medio plazo.
Para que no se malogren todos estos augurios, al cambio de ritmo, según Zapatero, hay que añadir otras actuaciones importantes: mantener vivas las señas de identidad de todo un proyecto progresista y hacer un esfuerzo adicional que concierte la acción política del PSOE con los restantes grupos de la Cámara. En función de todos estos datos, Zapatero nos garantiza, pese al grave deterioro de la economía y del empleo, que la solvencia del sistema es absoluta, por lo menos, de aquí a 15 o 20 años.
Pero, por experiencia, sabemos sobradamente en qué terminan las previsiones de Zapatero. No se cumple ninguna, y, al anuncio de una mejora, le sigue de inmediato una verdadera catástrofe de alcances ilimitados.
La auténtica realidad de lo que va a ocurrir, pese a los buenos augurios de Zapatero, nos lo da el Banco de España, el Tribunal de Cuentas y el Fondo Monetario Internacional, bastante más fiables que el propio Zapatero.
Tanto el Banco de España como el Tribunal de Cuentas anuncian su preocupación por la evidente espiral de gasto público que incrementa peligrosamente nuestro déficit y nuestra deuda, alterando y restringiendo significativamente nuestras posibilidades y alternativas de futuro. Esto es lo que llevó al Presidente del Banco de España a advertir de que, si sigue creciendo la deuda, peligra la garantía de las pensiones. Advertencia que, por cierto, molestó tanto al Gobierno.
Los datos publicados por el Banco de España, el pasado 17 de abril, no pueden ser más contundentes. La morosidad de los créditos bancarios, concedidos en el mes de febrero tanto a empresas como a particulares, se situó en el 3,97%, nivel que no se alcanzaba desde noviembre de 1996. La morosidad actual es aún superior al triple de la registrada el año anterior que ascendió al 1,04%. Hoy nos encontramos con un saldo total de créditos dudosos que alcanza la escandalosa cifra de 73.935 millones de euros entre bancos, cajas y cooperativas de crédito. En el mes de enero esa cifra era de 68.180 millones de euros, lo que implica un repunte del 8,4% en tan solo un mes.
El Fondo Monetario Internacional también ha hablado con claridad. El FMI augura un año muy difícil para la banca española. Es más, considera inevitable la fusión de algunas de las cajas de ahorro por su enorme dependencia del sector inmobiliario, cuyos precios caerán, como mínimo, otro 15% este año. Y lo que es peor, a la vez que aumentan los préstamos dudosos por la crisis inmobiliaria, aumenta también el desempleo. Esta situación obligará a la banca a adoptar planes peligrosos de contingencia.
Este organismo internacional ha revisado sus previsiones para 2009 y 2010, y calcula que la recesión española sufrirá una contracción del 3% del PIB durante este año y del 0,7 % en 2010. Esto obliga a España a ser tremendamente cautelosa a la hora de ampliar el gasto público, para que no incida su impacto sobre las cuentas públicas. Se impone, con verdadera urgencia, la flexibilización del mercado laboral para facilitar el empleo y mejorar la competencia en los mercados de producción interna.
Y justamente hoy, la EPA o Encuesta de Población Activa certificó, con sus datos el estado alarmante del mundo laboral: la actual cifra de parados asciende nada menos que a 4.010.700. Nos hemos situado ya en el 17,3% de paro.
Y no podemos esperar que Zapatero corrija el rumbo de nuestra economía. Desde que apareció la crisis, no ha dejado de hacer gala de un oscurantismo lamentable que le impide ver la realidad. Para salir de esa inopia funcional debería dejar a un lado ese sectarismo de izquierdas absurdo y trasnochado que conforma su modo de ser y de estar y que hacen de él todo un Torquemada anacrónico.
De todos modos, ya sabemos cual es el signo de ese tipo de socialismo del que hace gala nuestro presidente: la pobreza con toda su crueldad. Cada vez que gobiernan quienes han bebido su socialismo en las periclitadas Internacionales, crecen los parados, se multiplican las deudas y la pobreza es cada vez mayor. Y ese aumento de parados, de deudas y de pobreza se debe a que estos gobiernos tratan de aniquilar, sin miramientos, la libertad y las iniciativas privadas. Llegan a complicar tanto las cosas, que solamente se pueden permitir el lujo de ser socialistas los ricos y los que, por su fanatismo, son incapaces de pensar por sí mismos.

José Luis Valladares Fernández

miércoles, 22 de abril de 2009

EL MUNDO DE LA CEJA Y LAS SUBVENCIONES

La presidenta de la Academia de Cine, Ángeles González-Sinde, llega al Ministerio de Cultura, sustituyendo al anterior titular Cesar Antonio Molina. Y lo hace evidentemente con muy mal pie. Será esta la primera vez que se da en la historia, al menos en la de España, que se pida la dimisión de un Ministro o una Ministra antes de tomar posesión de su cargo. Y este es el caso de González-Sinde, cuya dimisión fue pedida desde varias instancias nada más ser preconizada Ministra. Todo un record que indica, bien a las claras, cuales son sus querencias. Y para que la polémica no cese, la Ministra de Cultura se atreve a iniciar su gestión concediendo importantes subvenciones al mundo del que procede.
La propia Ministra de Cultura se ha visto obligada a reconocer como legítima la preocupación de las diversas asociaciones de internautas, que no dudaron en reprobarla y en pedir su dimisión, aún antes de acceder a su cargo. De ahí que, recién estrenada en el Ministerio, se viera obligada a declarar a los medios que los internautas “no deben tener miedo porque internet es una herramienta imparable y no va a ser un espacio acotado, sino de oportunidades, acceso y actualización de la cultura”. Se ha atrevido a negar que exista un verdadero conflicto de intereses y pide que se tenga en cuenta que ella misma es una usuaria asidua de internet. Ni más ni menos que la mayoría de las personas, sobre todo si se dedican a la comunicación.
No tiene empacho en afirmar que tiene un gran interés por conocer las opiniones de las diferentes voces que se han dejado oír. De este modo, espera encontrar la solución a los distintos problemas de internet. Y se compromete a estudiar cómo han resuelto estos mismos problemas los demás países de nuestro entorno.
La cuestionada Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, rechaza de plano que el cine español se haya convertido en un simple “gremio de pedigüeños”. Claro que ahí está, por ejemplo, Pilar Bardem para desmentirlo y exigir la defensa de los derechos de autor con uñas y dientes. Y además de admitir en El País que su llegada al Gobierno ha sido controvertida, admite igualmente que el cine es un sector claramente politizado, pero que debe estar “por encima de los partidos”.
Se da la circunstancia de que González.-Sinde carece de la más mínima credibilidad, al menos para los usuarios de internet. Durante su periplo por el mundo de cine, enseñó demasiado la oreja, tratando de que se cerraran, por vía administrativa, las distintas web de descargas. Y ahora, desde el poder político, da a entender que quiere ejercer sobre internet un control semejante al ejercido sobre los medios de comunicación tradicionales. Todo esto a parte de los distintos intereses creados que tiene dentro del sector del cine, intereses irreconciliables con la más elemental neutralidad exigible. Por estos y otros motivos, alguien se ha atrevido a tildar a la Ministra y a su protegido Guardans, como auténticos talibanes de la propiedad intelectual.
Por si todo esto fuera poco, González-Sinde inicia su gestión como Ministra con otra grave polémica, que puede violar la Ley de Incompatibilidades que afecta a los cargos públicos. Comienza su andadura concediendo una serie de ayudas directas al sector del cine donde hacen negocios familiares suyos muy directos. Pero esto en González-Sinde es completamente normal. Siempre ha sido una conocida adicta a las subvenciones y lo demostró ampliamente estos años de atrás, desde su puesto como presidenta de la Academia de Cine. Ella misma, según El Economista, ha recibido, a lo largo de su carrera como profesional, casi 10 millones de euros –ahí es nada- en subvenciones. La mayoría de ellas bajo la égida de Zapatero.
El problema para La Ministra de Cultura, a la hora de conceder esas ayudas al cine, está en que su tío Miguel González-Sinde y su hermano José María se dedican al mundo del cine que ahora ella regula. Hay medios, además, que la emparejan sentimentalmente con Ray Loriga, tan relacionado con ese mundo de la pantalla. Su hermano es consejero y accionista de la productora Alcalá, de la que la propia Ministra es administradora. Y su tío es vocal de la propia Academia de Cine.
Dejando a un lado el aspecto moral y ético de la concesión de estas subvenciones, nos encontramos que la utilidad de las mismas es completamente nula y hasta delictiva en nuestras circunstancias actuales económicas. Las subvenciones, para empezar, nunca han funcionado a la hora de estimular la cultura. Ahí está el cine para demostrarlo que, tras años de abundantes subsidios, las obras de calidad brillan por su ausencia, y las salas de proyección cada vez están más vacías. No hay nadie que tenga interés en descargar o bajar de internet películas españolas.
La calidad de las creaciones cinematográficas no se consigue con subvenciones. Más que dinero, se requiere genialidad en el que se dedica a ese oficio, cosa que, por desgracia no abunda. Quieren disimular su falta evidente de aptitudes para rodar verdaderas películas, echando la culpa a la falta de medios económicos, como en tiempos de Franco cargaban las tintas con la censura.
Pasó Franco y llegaron las abundantes subvenciones y seguimos igual. La valía de los que se dedican al cine queda en entredicho desde el momento que mueven mucho más dinero de las ayudas o subvenciones que de lo adquirido en taquilla. Y es bochornoso que haya personas que, para vivir, tengan que recurrir al subsidio programado. Que se dediquen a otra cosa, ya que no hay nada más digno que vivir del propio trabajo, sin ser una carga para el resto de la sociedad. ¡Estábamos arreglados si toda aquella profesión o negocio que no fuera rentable, tuviéramos que subvencionarla!
Y decíamos que estas ayudas eran hasta delictivas por que, hoy más que nunca, necesitamos dinero para invertir en industrias productivas que generen puestos de trabajo, en vez de destinarlo absurdamente a mantener a vividores, incapaces de suscitar el interés del público. Y es más inadmisible aún que, mediante un canon ilógico, nos obliguen al mantenimiento económico de tanto cineasta inútil, aunque sus obras nos importen un pito. ¿Por qué tengo yo que contribuir con mi dinero al rodaje y explotación de una película que no me interesa lo más mínimo?
Lo que si ocurre es que, en este caso, se junta el hambre con las ganas de comer. Por un lado, la pandilla del cine necesita la subvención, ya que la mediocridad de sus obras no motiva la asistencia de público a las salas de proyección. Por otro lado, tenemos un Gobierno que necesita de la ayuda del constituido sindicato de la ceja. Es el PER andaluz transplantado al mundo de los tritiriteros para comprar unos votos que les ayuden a mantenerse en el poder. ¡Una verdadera vergüenza y, como siempre, se cuestiona la libertad individual de las personas!
José Luis Valladares Fernández

lunes, 20 de abril de 2009

CHAMPIONS LEAGUE DEL PARO ¡GOBIERNO DE ESPAÑA!

Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), referidos al cuarto trimestre de 2008, eran ya auténticamente dramáticos. Los avances proporcionados por la EPA, sobre el comportamiento del primer trimestre de 2009, nos ofrecen unos datos terriblemente devastadores. De un 14 % de tasa de desempleo, hemos llegado ya, prácticamente a un más que preocupante 17%. Rondamos ya los 4 millones de parados.
Si atendemos a los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), autorizados en los dos primeros meses de 2009, vemos que la tendencia sigue imparable. En enero y febrero de 2009 se han incrementado los ERE nada menos que un 468%, con respecto al mismo periodo del 2008. Los trabajadores afectados por los ERE de los dos primeros meses de este año, suman un total de 124.998. Nada más y nada menos que un 84,4% de todos los afectados durante los 12 meses del año 2008, que dieron un total de 148.088 trabajadores.
Y, lo que es aún más grave, a finales de 2008, según dados difundidos por el Instituto Nacional de Estadística, teníamos 827.000 familias con todos sus miembros en el paro, cifra nunca antes alcanzada. A pesar de que, desde instancias oficiales, se haya prometido un ‘seguimiento’ de estas situaciones y un ‘apoyo racional’, estos colectivos se encuentran en una situación tremendamente delicada. Este dato, por sí mismo, deja al descubierto el solemne fracaso de la política del Gobierno.
Zapatero, para solucionar este problema, ha habilitado toda una serie de medidas inconexas, entre las que sobresale la expansión del gasto público y el aumento de la presión fiscal. Estas medidas, típicamente socialistas, tienen la virtud de complicar aún más el problema, ya que ninguna de ellas es estructural y efectiva. El aumento de la deuda pública, más allá de lo razonable, además de la desconfianza que puede generar en las agencias de rating, termina por ahogar la propia economía. Pasivos altos, con plazos fijos para su devolución, comportan necesariamente un pago de intereses también muy altos. Todo esto se traduce en que las empresas, únicos centros creadores de empleo rentable, no tengan acceso a una financiación adecuada y se vean abocadas al cierre.
Lo normal es que en estos casos, los ciudadanos, por miedo a quedarse sin trabajo o disponer de menos dinero, dejen de consumir y de esa manera se cierre el círculo vicioso y terminemos, como es nuestro caso, en una peligrosa recesión o incluso hasta en la depresión.
Tanto Zapatero como su Gobierno esperan que la recuperación económica nos llegue muy pronto de la mano de Obama y por las medidas conjuntas que ya ha empezado a adoptar el G20. Se empeñan en no reconocer que, en España, además de la crisis mundial, tenemos otra crisis aún más grave, por que no pudimos o no supimos reaccionar a tiempo. De nada nos vale que Zapatero atribuya nuestros malos datos económicos al ‘proceso de frenazo y estancamiento europeo’. El hecho triste es que encabezamos la mayor tasa de paro de toda Europa y de todo el mundo civilizado. Sin estar en la champions league de la economía, como se nos quiso hacer ver, hemos pasado a liderar la champions league del paro.
Y lo malo es que los socialistas no nos sacarán jamás de este atolladero en que nos han metido, ya que están siguiendo, al pie de la letra, su propio modelo económico. Y es precisamente ese modelo económico socialista el que falla, el que, como podemos confirmar históricamente, no da para más. La consecuencia inmediata siempre ha sido la penuria y la indigencia económica. Como el socialismo español conserva, de manera expresa, el análisis marxista con toda su liturgia, continuaran enarbolando como propia, voluntaria o involuntariamente, la bandera de la pobreza.
Para acabar de complicar las cosas, Zapatero acaba de sorprendernos con un nuevo giro a la izquierda. Y para solucionar los problemas del paro anuncia unas medidas típicamente peronistas o bolivarianas, ampliar el período de percepción del paro. Y, como el dinero no es de goma, se aumenta la deuda sin más, con lo que aumentará nuestra pobreza. De seguir así, el corralito argentino estará cada día más cerca de nosotros. Anteayer, 15 de Abril, el Gobernador del Banco de España alertó sobre la posibilidad de que la Seguridad Social entrara terminara el año 2009 en números rojos. Todo un éxito de nuestro iluminado Presidente.
Tenemos, además, otro handicap que pone nuestra economía a los pies de los caballos: el comportamiento egoísta de nuestras entidades autonómicas y locales. No hay país, por rico que sea, que pueda aguantar económicamente el despilfarro de tanto manirroto como ha generado nuestro desarrollo autonómico y local. Es mucho el dinero que se va en salarios, más bien altos, de tanto empleado público innecesario y hasta contraproducente. Y por si fuera esto poco, tanto la Administración central actual, como las Autonomías y los Ayuntamientos, se han entregado a la suntuosidad, con el derroche de dinero que esto supone.
En los años de la transición española, 1975-1978, teníamos que hacer frente al pago del salario de unos 600.000 funcionarios. Pero con la llegada de la democracia, esta cantidad fue aumentando progresivamente hasta alcanzar hoy día la abultada cifra de unos 3 millones largos de personas.
Fue en tiempos de Felipe González cuando se produjo el primer acelerón, que multiplicó innecesaria y absurdamente el empleo público. Cuando en 1996 llegó José María Aznar a la Moncloa, trató de reducir esa cifra. Para ello, adoptó la medida de cubrir únicamente una plaza por cada cuatro bajas que se produjeran. Y esta medida fue respetada escrupulosamente durante su primera legislatura.
En la segunda legislatura, las Administraciones autonómicas, con la asunción de muchas competencias, se saltaron a la torera esa norma, rompiendo esa tendencia que frenaba los puestos de empleo público. Con José Luís Rodríguez Zapatero se ha vuelto a dar un nuevo impulso a la creación desmedida de nuevos puestos de funcionarios y hasta ministerios tan absurdos como el Ministerio de Igualdad. Y las Administraciones locales tampoco se han quedado atrás. Han habilitado muchos puestos de empleo público, en gran medida innecesarios, para pagar fidelidades y situar a familiares y amigos.
El concepto de familia ha sido históricamente devaluado por los socialistas. Niegan que la familia constituya el primer núcleo social, donde el ser humano interactúa y mantiene su propia relevancia en la vida. La familia, como unidad básica de la organización social, carecía de valor cultural para tanto progre de boquilla que ocupa hoy día inmerecidamente puestos de verdadera responsabilidad. Pero toda esta tropa, debido a las circunstancias coyunturales, ha abierto los ojos, y ha descubierto en la familia otra nueva dimensión. Han descubierto, por fin, que la familia tiene otros valores muy aprovechables: el hermanísimo, el cuñadísimo y otros muchos valores por el estilo. La doctrina de Alfonso Guerra ha vuelto a tener plena vigencia en la actualidad. Ahí está, para demostrarlo, la Comunidad de Andalucía con el nepotismo del, hasta hace unos pocos días, Presidente, Manuel Chaves. Verdadero modelo de repartidor de dádivas y prebendas entre los suyos.
Y son estos, los hermanísimos, los cuñadísimos y las distintas clases de amiguetes y paniaguados los que finalmente se convierten, por la sola virtud del lazo familiar o el amiguismo, en flamantes funcionarios y cargos de confianza. Y serán éstos los encargados de multiplicar las trabas burocráticas para justificar sus inútiles puestos de trabajo, sin contar la nube de asesores que viven del cuento a la sombra del poder. Solamente los innecesarios 656 asesores de Zapatero, nos cuestan al año unos 28 millones de euros. Ahí es nada.


José Luís Valladares Fernández

domingo, 19 de abril de 2009

POSTURA SINDICAL ABSURDA

Hay actitudes sindicales absurdas, pero esta tiene premio. Por fin, la UGT y CCOO se manifiestan hoy, 19 de abril de 2009, contra la crisis económica y con el lema siguiente: “Contra la crisis y el abuso empresarial, empleo y protección social”. Y como casi siempre, lo hacen a destiempo y fuera de lugar.
A destiempo, ya que fue en 2006 cuando nuestra economía comenzó a torcerse y a deteriorarse de una manera evidente. Y el hundimiento económico, a medida que pasaba el tiempo, se agravaba a ojos vista de un modo peligroso. Hace tiempo que tenían que haber salido a la calle a protestar y a exigir al Gobierno las oportunas medidas estructurales que, al menos, frenaran esa caída en picado de los medios de producción
Está también fuera de lugar, desde el momento que esta manifestación se circunscribe a la Comunidad de Madrid. Esta manifestación, que no huelga, y dadas las circunstancias, debiera tener un ámbito estatal. Es el Gobierno de España quien debe aportar soluciones efectivas a esta crisis si es que queremos iniciar el camino de la recuperación económica. Con parches y ocurrencias, como ha hecho hasta ahora Zapatero, no vamos a ninguna parte y no saldremos nunca de esa grave situación que empieza a ser de emergencia. Los Gobiernos Autonómicos, sin el decidido impulso del Gobierno central, tienen muy poco margen de maniobra de cara a la solución de este problema.
Las propuestas de esta manifestación tampoco son muy acertadas, y mucho menos al ser dirigidas al Gobierno de una comunidad. El exigir a la Comunidad de Madrid la creación de una Renta Activa Madrileña `para distribuir entre los parados que ya hayan agotado todo tipo de prestaciones, es tanto como cambiar puestos de trabajo por simples subsidios. Claro que es esto, más o menos, lo que tiene en proyecto Zapatero. Y, por otra parte, es lo que hace la Comunidad de Andalucía con el PER y así les va a los andaluces.
También piden que se establezcan instrumentos y avales públicos que sirvan de apoyo a las distintas familias que se encuentren con dificultades derivadas de la crisis. Para esto exigen la colaboración decidida de las entidades financieras. Exigen, igualmente, a la Comunidad de Madrid un incremento de las inversiones públicas, utilizando para ello todas las posibilidades de endeudamiento del presupuesto de 2009, con vistas a apoyar a las empresas y a las pymes madrileñas. El recurrir irresponsablemente al endeudamiento aumentando el déficit público es la manera más rápida y efectiva que se conoce para acabar en una quiebra total y definitiva.
Tanto a Cándido Méndez como a Ignacio Fernández Toxo, además de pedirles cordura, les recordaremos que, para salir de la crisis, necesitamos algo más que paños calientes. Necesitamos que Zapatero y su Gobierno dejen a un lado las ocurrencias y esa sarta de seudomedidas enlatadas que no van a ninguna parte. Hacen falta auténticas medidas estructurales y definitivas. Hacen falta, de manera urgente, reformas económicas, fiscales y laborales que llevan tiempo exigiendo inútilmente los empresarios y la oposición y que debieran ser el leif motiv de estas manifestaciones sindicales.
Lo malo es que UGT y CCOO, olvidándose de que son simples fuerzas sindicales, que no debieran tener otro objetivo que la defensa clara de los trabajadores, se prostituyen y se comportan como mamporreros apesebrados al servicio del partido político que ejerce el poder. ¿Harían esto con otra fuerza política en el Gobierno? Seguro que no. Llevar esta manifestación de hoy a la Comunidad de Madrid, lo indica claramente.

José Luis Valladares Fernández

sábado, 18 de abril de 2009

LOS TÍTULOS DE FRANCO A DEBATE

Franco en coche descubierto, con el alcalde Luis Cueto-Felgueroso, en Gijón

El pasado 14 de Abril, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Gijón acuerda retirar a Franco las distinciones que, en otra época, le concedió el mismo Ayuntamiento. Fue nombrado hijo adoptivo y alcalde honorario y se le otorgó también, por diversos motivos, la medalla de oro de la ciudad. La Junta de gobierno de nuestro Ayuntamiento tiene todo el derecho del mundo a perder el tiempo miserablemente.
Que a estas alturas, con los graves problemas que tenemos encima, y después de los años que Franco lleva muerto, nos preocupemos de semejante historia, es el absurdo de los absurdos. Tan absurdo como la petición del certificado de defunción de Franco por parte del Juez Garzón. Franco ya no es ni hijo adoptivo ni alcalde numerario. Simplemente lo fue y perdió esos títulos el día que murió. Dice Paz Fernández Felgueroso que existen hijos adoptivos póstumos y dice bien. Pero, que yo sepa, el Ayuntamiento de Gijón no concedió a Franco esa distinción a título póstumo.
El acuerdo de la Junta de Gobierno, revocando ahora esos honores, revela un odio patológico a algo que fue y que ya no es, que le hubiera gustado psicoanalizar a Sigmund Freud. Y para tratar de conseguirlo, se apoyan en la mal denominada memoria histórica, ya que en vez de memoria histórica, se trata de una ley evidentemente política y con una intencionalidad clara de revanchismo. Hasta ahora, que yo sepa, la historia nunca ha tratado de juzgar los hechos. Se ha limitado simplemente a narrarlos y a explicarlos y, si se quiere, a mostrar las motivaciones que los originaron. Son cosas de Zapatero que, perseguido por el espectro de su abuelo, ha querido restaurar el franquismo y el antifranquismo. El ser hoy franquistas, reconozcámoslo, es un verdadero anacronismo, del mismo modo que considerarse antifranquista no deja de ser una solemne tontería.
Estamos en una situación de quiebra económica evidente. Esto nos exige que olvidemos los fantasmas pasados y pongamos todos nuestros esfuerzos en solucionar los problemas que nos agobian. Mas que discutir si se trata de galgos o podencos, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Gijón debería ocupar su tiempo, por ejemplo, en analizar los motivos que llevan al fracaso a tanto negocio pequeño, que, con su cierre, genera tantos problemas en nuestra ciudad. Y hay peligro eminente de que ArcelorMittal cierre uno de los Altos Hornos, con lo que esto supondría para nuestra región.
Estos son problemas verdaderamente acuciantes y no unos controvertidos honores que la muerte de Franco se encargó de extinguir hace ya muchos años.

José Luis Valladares Fernández

jueves, 16 de abril de 2009

RUBALCABA AL APARATO



En El Mundo del lunes, día 13, aparece una exclusiva de Manuel Marraco, donde se nos informa que la policía tuvo controlado a Daoud Ouhnane, principal sospechoso, entonces, del atentado del 11M. Según detalla El Mundo, en el mes de junio de 2004, los días 20 y 22, la policía grabó en video a este islamista saliendo de una casa en Santa Coloma de Gramanet. Esta casa, conocida con el nombre de “fortaleza de los Guerreros” estaba sometida a vigilancia, como consecuencia de las actividades islamistas de sus inquilinos.
Sobre Daoud Ouhnane pesaba una orden de busca y captura internacional, dictada el 27 de mayo de ese mismo año por el juez Del Olmo, a instancias de la Unidad Central de Información de la Policía (UCIE). El hecho de que grabaran a este islamista justamente un mes después de que Interior hubiera distribuido su foto, indica bien a las claras que la policía no quiso detenerle. Y no le detuvieron, quizás, porque hubiera quedado al descubierto la falaz trama que se ideó desde las propias fuerzas policiales.
Se da la circunstancia de que la policía ocultó al Juez Del Olmo la presencia de Ouhnane en Santa Coloma y la grabación efectuada. Quizás no interesaba que hablara y se esperó tranquilamente a que huyera de España para así seguir con la farsa de la trama oficial.
Como desde Interior continúan insistiendo sobre la tesis islamista, Rubalcaba se vió obligado a intervenir, con lo que complicó aún más las cosas. Coincidió que yo estaba viendo la televisión, cuando él apareció en la pantalla y no se puso nada colorado al afirmar que si Ouhnane no fue detenido entonces, se debió a que la policía no le había reconocido. Es normal que Rubalcaba no se ruborizara, ya que lo de él es mentir cuando duerme y cuando está despierto. No se cómo es posible que, a un mes del reparto profuso de fotografías de Ouhnane por todas las comisarías, las fuerzas del Orden Público, no le reconocieran en esa filmación.
El martes, 14 de abril, El Mundo da nuevos datos de otros dos implicados, según la policía, en el 11M. Se trata de Mohamed Afalah, chofer y hombre de confianza del tan traido Lamari, y Said Berraj, que ocuparon también esa misma casa. Tampoco estos fueron reconocidos por los agentes de la Policía, ocupados en la vigilancia de ese inmueble. Pero esto, según el Ministro del Interior, no es relevante en absoluto y no agrega nada nuevo a lo que ya conocemos.
Ya está bien de que quieran hacernos comulgar con ruedas de molino. A estas alturas, es completamente absurdo que pretendan hacernos creer semejante patraña. No sabemos quién fue ni el autor material del 11M, ni quien lo ideó y coordinó para que resultara tan tremendamente efectivo. Lo sospechamos simplemente. Si sabemos, en cambio, que no fue obra de islamistas, ya que estos hubieran obrado como los del 11S, como los del 7 de Julio de 2005 en Londres, o como los que ofrendan su vida, casi a diario, en Irak y Afganistán. El mismo Daoud Ouhnane, que según dicen se inmoló posteriormente en Irak, lo hubiera hecho ya en los trenes de cercanías de Madrid para garantizarse el Paraíso que le promete su religión.
El atentado de Madrid se preparó y se perpetró, no sabemos por quien, para cambiar el signo del Gobierno. Y nada mejor que cargar el muerto a unos islamistas, de quienes se ofrecían abundantes datos, incluso, como es el caso de Ouhnane, hasta el ADN. Y la motivación, claro está, la tan traída y llevada guerra de Irak.
Hasta aquí, todo muy bien. Lo malo es que, los que se encargaron de vender el producto a la opinión pública, o no sabían, o no cayeron en la cuenta, que un islamista ni piensa, ni reacciona como podamos hacerlo los occidentales. También pudo ser que pensaran que, los españolitos de a pie, estábamos aún chupándonos el dedo. Algunos, por obligación, hemos estudiado la vida, obra y milagros de Mahoma y de sus adeptos y conocemos cual es el comportamiento religioso y cultural de estas personas. Otros tienen a la vista, casi a diario, las crónicas de la prensa en que se cuenta su manera de morir matando. Y esto no lo hacen porque sí; lo hacen por imperativo religioso y convencidos de que así tienen garantizado el Sétimo Jardín del Edén, que es el mayor premio de Alá para sus fieles. Los ocupantes del piso de Leganés, si es que eran islamistas, no pudieron inmolarse conscientemente ese 3 de Abril de 2004, como han tratado de hacernos creer. Pensar lo contrario sería una tremenda aberración que no cabe en cabeza humana. Es algo fuera de la lógica de los que siguen ciegamente la doctrina del profeta Mahoma.
Lo del piso de Leganés forma parte del atrezzo, diseñado a toda prisa, para engañar a los incautos y hacerles ver lo que en realidad no era. Y la historia se repite con Ouhnane, Afalah y Berraj. Interesaban estos personajes por su origen árabe, ya que así resultaba más plausible la autoría islamista del 11M y su motivación por la guerra de Irak. Pero, aunque controlados por sus actividades islamistas, había que dejarles huir, para que nunca pudieran ser juzgados y se aclarara el verdadero origen de ese atentado.
Y Rubalcaba diciéndonos que no fueron detenidos por que no les reconocieron y que, además, todos estos datos no aportan nada nuevo. Y eso que Rubalcaba fue el autor de aquella famosa expresión: “España no se merece un gobierno que mienta”.

José Luis Valladares Fernández

martes, 14 de abril de 2009

CIUDADANOS DE SEGUNDA Y BIBIANITOS AL POR MAYOR

Con la nueva reorganización del Gobierno, Zapatero casi ha completado La Quinta de la Cuota. ¡Menuda ‘troupe’ de aprendices que lleva mi carro! Solamente falta Leire Pajín para completar el cuadro. La vida y milagros de Bibiana Aido y de Carme Chacón es sobradamente conocida. El juego que puedan dar las otras pipiolas lo desconocemos. Quizás, el cometido de González-Sinde no sea otro que mantener en alto la moral del sindicato de la ceja, con vistas al próximo proceso electoral. Y como la lógica, como ciencia formal que estudia las formas válidas de inferencia, siempre se le ha atragantado a Zapatero, metió en el lote a José Blanco, alias Pepe Blanco.
José Blanco es todo un valor en alza, del que ha dicho Zapatero, que es la persona mejor preparada para desempeñar la cartera de Fomento. Haremos un acto de fe y estaremos atentos a los resultados de su gestión. Pepe Blanco, además de ejercer como Ministro, continuará arrogándose la facultad de decir quien es demócrata y progresista y quien no. Aspirará también, ahí es nada, a promulgar las distintas normas cristianas que deben guiar la vida y obras de los católicos.
Nadie como Pepe Blanco, con la inestimable ayuda de Bibiana Aido, para resolver el eterno dilema del poder temporal y celestial. Él confiesa que es creyente, y como tal es un cristiano modélico, en perfecta sintonía con los actuales católicos de base. Y como estos grupos de católicos de base, él también tiene una visión abierta y plural de la realidad y la Historia de España, lo que implica cierta dosis de autocrítica que ejerce con todo derecho. Pepe Blanco no es, por consiguiente, anticatólico, aunque sí anticlerical ya que no comulga en absoluto con el clero y menos con la jerarquía eclesial.
Apoyado en esa especie de dualismo, cristianismo por un lado y anticlericalismo por otro, Pepe Blanco acusa a la Conferencia Episcopal de hipócrita y de poseer una “doble moral”. Y para que los Obispos tomen conciencia de su problema, les recomienda que escuchen la COPE y que, después, pidan perdón.
Tanto José Blanco como Bibiana Aido niegan a los Obispos el derecho a manifestar públicamente su opción por la vida. Olvidan, tanto Aido como Blanco, que los Obispos, antes que Obispos son ciudadanos y, como tales, deben tener toda la libertad del mundo para expresar sus propias opiniones, como el resto de los mortales. Y no solamente los Obispos y todo el clero, también los católicos son auténticos ciudadanos y, por consiguiente, tienen pleno derecho y hasta el deber de intervenir en la vida pública. Claro que el Gobierno, por el hecho de ser clérigos o católicos, a lo mejor quiere despojarlos de sus derechos y reducirlos a ciudadanos de segunda clase.
El sistema democrático implica necesariamente, que la ciudadanía sirva de contrapeso ante los posibles excesos del Gobierno de turno. Y esto, nuestros gobernantes actuales no lo conciben ni lo entienden en absoluto. Piensan que las decisiones sobre las leyes, sean estas las que fueren y tengan el alcance que tengan, competen únicamente al Parlamento, que es donde reside la soberanía popular. Como si los miembros del Gobierno, con el apoyo de sus diputados, tuvieran bula para legislar a capricho.
Es tal la ignorancia de algunos miembros del ejecutivo y la maldad del resto, que se creen con el derecho de acallar a la Iglesia y a indicarla sus campos de actuación, que quedan reducidos al culto y a unas cuantas ceremonias religiosas. Y si la Iglesia alza la voz, como en esta ocasión, y protesta contra la nueva ley del aborto, se la recrimina por adoptar una posición que dicen que no le corresponde, y la acusa de confundir y mezclan religión y política.
Es la misma acusación que hicieron, los días previos a la Semana de Pasión, a las distintas hermandades y cofradías de Semana Santa, cuando anunciaron que llevarían unos lazos blancos como distintivo antiaborto. Como sociedades religiosas que son, hubiera sido lo más normal que protestaran contra el aborto de esta o de otra manera cualquiera. La actitud de la Ministra de Igualdad, acusando acremente a los cofrades de confundir religión con política, es tremendamente cínica e impresentable, toda vez que reconoce que la Semana Santa es una semana para el encuentro y la concordia.
Quizás transcienda a la comprensión y a las luces de que disponen Pepe Blanco y Bibiana Aido, evidentemente limitadas, y desconozcan que las leyes deben tener por objeto, ante todo, el bien común y la garantía y salvaguarda de los derechos humanos. Y es precisamente el derecho a la vida lo que más importa a todo ser humano, incluso al aún no nacido.
El hombre, desde el punto de vista cristiano, no es dueño de su propia vida y menos aún de la vida ajena. Esto es algo básico, aunque les suene a chino a los miembros del Gobierno actual que, llevados por su positivismo jurídico, catalogan al hombre como un ser plenamente autónomo. Y la Iglesia Católica, por convicción y por imposición religiosa, tiene la imperiosa obligación de levantar la voz contra el aborto que conculca el derecho inalienable a nacer de todo ser humano concebido.
Dice Bibiana Aido que la actual regulación del aborto, promulgada en 1985, se ha quedado vieja, permite arbitrariedades y es manifiestamente mejorable. De ahí que trate de arbitrar una nueva norma de interrupción voluntaria del embarazo; norma que, según ella, solucionaría los problemas de la legislación actual. Comienza por cambiar el nombre de aborto, que le suena mal, por el de interrupción voluntaria del embarazo que le parece más aséptico. Se llame de una u otra manera, en la legislación actual y en la que se proyecta, le guste o no le guste a la Ministra, se trata de un infanticidio prenatal.
Para la nueva regulación de esta ley, Bibiana Aido se rodeó de un comité de expertos, elegidos de una manera un tanto sospechosa y sin la más mínima asepsia. Entre esos expertos, nos encontramos con Santiago Barambio, que es el responsable máximo de la patronal que se lucra con el aborto. Él es el Presidente de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que, por cierto, ha sido condenado por la Audiencia de Barcelona por no atender correctamente a una mujer a la que sometió a un aborto. Este es uno de los principales avalistas ‘científicos’ de esa nueva ley del aborto.
Con esta nueva ley, que busca combinar plazos y supuestos, se pretende legalizar la impunidad de las distintas clínicas abortistas, molestas hasta ahora por los distintos filtros que exige la normativa actual. Se trata de un negocio en toda regla y, para ello, nada mejor que prescindir de cualquier clase de escrúpulos e instaurar un aborto, claramente incondicional, y regulado al margen del Código Penal.
Para no levantar sospechas y adormilar conciencias, los socialistas procuran disfrazar esta ley de plazos llamando “derecho a la salud reproductiva” a la eliminación física de ese ser humano, que aún no ha nacido. Y buscan toda una motivación muy especial en la ya famosa ideología de género. Por eso la preparación de esta ley se confía, en vez de al Ministro de Justicia, a la Ministra de Igualdad, Bibiana Aido que se encargará inmediatamente de enarbolar el dichoso feminismo como justificación.
La prescindible Ministra de Igualdad se empeña en afirmar que el Gobierno defiende la vida tanto o más que las diversas asociaciones antiabortistas, y que, como consecuencia de esto, la nueva ley, cuando se promulgue, establecerá varios límites que no hay en la actual. Y agrega que el ejecutivo no debe someterse nunca a criterios religiosos de corte extremo. Pero nunca tendrá en cuenta la llamada Declaración de Madrid que han firmado más de 2000 médicos, científicos y académicos, que están contra el aborto. Los firmantes de esta Declaración, según Bibiana, se embarcan en un retroceso, mientras que el Gobierno quiere avanzar y busca una ley que garantice jurídicamente, tanto a las mujeres que abortan como a los profesionales que realizan esos abortos.
Aunque Aido no quiera oírlo, la oposición al aborto transciende a la misma religión y no tiene nada que ver con la política. Tiene ante todo, además de las connotaciones religiosas evidentes, importantes implicaciones éticas e incluso cívicas, ya que está de por medio la propia dignidad del hombre y de la mujer. Y son precisamente estos motivos éticos y cívicos en los que basa todos sus argumentos, a favor de la vida, el propio Manifiesto de Madrid. El ser humano, es humano desde el momento de su concepción, o es cualquier cosa menos un ser humano, y conservará esa condición hasta su muerte. Es absurda la idea de que en los no nacidos se da una etapa prehumana.
El aborto es ya en sí algo moralmente censurable por simple tradición cultural, previa incluso a la aparición del cristianismo. La pretensión de Bibiana y de sus corifeos no deja de ser una clara involución cultural, enmascarada detrás de una seudo-revolución social. Sus argumentos parecen sacados de un feminismo de la edad de las cavernas.
Manuel Chaves, el mosquetero de Felipe González, es otro de los nuevos Ministros, y además con categoría de Vicepresidente. Manuel Chaves ya sabemos lo que puede dar de sí. No ha hecho nada positivo en su vida, salvo impulsar y organizar ‘el clan de la tortilla’. Todos conocemos los parados que dejó en su época de Ministro de Trabajo y la mala gestión al frente de la Comunidad de Andalucía.
Se ha lucido Zapatero. Consiguió, por fin, eliminar los Ministros y sustituirlos por obedientes funcionarios. El Jefe decide lo que hay que hacer y los funcionarios se esforzarán al máximo por complacerle. ¡Así nos luce el pelo!

José Luis Valladares Fernández

viernes, 10 de abril de 2009

LOS COMPLEJOS DE ZAPATERO


Imposible que Zapatero olvide la guerra de Irak. Es algo superior a sus fuerzas. Quizás se deba a que no es capaz de prescindir de sus numerosos complejos. Complejos que le llevan, con relativa frecuencia, a hacer un auténtico ridículo ante las diversas instancias internacionales en que interviene. Si se hubiera propuesto crear intencionadamente toda una obra literaria del género bufo, estoy seguro que no le hubiera salido tan bien como la que protagoniza personalmente. Menos mal que, en el exterior, la gente es muy educada y evita las sonoras carcajadas ante nuestras propias narices.
Comienza su grotesca carrera, permaneciendo sentado al paso de la bandera de EEUU. Lo rubricó mas tarde al retirar a destiempo nuestras tropas de Irak, generando un grado tal de desconfianza entre nuestros amigos y aliados, que no lo olvidarán jamás y que los españoles hemos pagado muy caro. Y poco después de nuestra cobarde huida, para arreglar el desaguisado, pide públicamente a otros países que imiten su mal ejemplo.
Sus salidas de pata de banco se suceden continuamente. Recordemos cuando en EEUU, cantó las excelencias de nuestra economía y de nuestro sistema financiero y anunció que ya habíamos dejado atrás a la Italia de Berlusconi y que el amigo Sarkozy estaba nervioso al ver que estábamos ya pisándole los talones. Y como no aprende, creyó descubrir el mediterráneo anunciando por sorpresa nuestra retirada de Kosovo. Esto, como cuando lo de Irak, llevará aparejado el envío de más tropas a otras zonas de guerra, además de importantes desembolsos económicos
Y si alguien le echa en cara sus incomprensibles ‘zapateradas’, aparece inmediatamente el Prestige con su chapapote y la guerra ilegal de Irak a donde nos llevó Aznar. Y todo esto, enarbolando la famosa foto de las Azores. Esta fotografía de las Azores le trae a Zapatero a mal traer por culpa de ese mal disimulado complejo frente a Aznar, al no encontrar mandatario alguno del mundo libre, que cuente con él para algo. Y esto provoca en ZP verdaderos arrebatos de cólera y de envidia que es incapaz de controlar, ni de disimular.
Desde que Zapatero llegó a la Moncloa, nuestros soldados dejaron de ser una fuerza militar convencional ya que, al parecer, los ha convertido en nada de tiempo en auténticas hermanitas de la caridad, que solamente van al extranjero como palomas portando ramitas de olivo. Son fuerzas de paz que, ni por casualidad, pisan escenarios bélicos. Como los apóstoles, en los albores del cristianismo, no tienen otra misión que predicar la buena nueva, ofreciendo a todo el mundo la deseada concordia entre los diversos grupos contendientes. En el derribo, en agosto de 2005, del “cougar” en Afganistán, nada tienen que ver los talibanes, ya que son nuestros amigos. El helicóptero cayó, provocando la muerte de todos sus ocupantes, o por una inoportuna ráfaga de viento, como trataron de hacernos creer en un principio, o por que Aznar está complicado de alguna manera.
El pasado día 5, Zapatero, por fin, logra completar una de sus metas más deseada, la de entrevistarse con Barack Obama, Estaba ya temiendo la repetición del insoportable calvario a que le sometió George W. Bush negándose, una y otra vez, a tal entrevista. Lo más que logró del anterior Presidente de EEUU., un simple y ocasional saludo al cruzarse con él en algún pasillo. Bush era demasiado Bush, un hombre de principios que afrontaba sin dudar las consecuencias de sus decisiones. Obama no, Obama es más voluble y se mueve más por intereses inmediatos que su antecesor. Y ahora necesita una mayor colaboración en alguno de los escenarios bélicos en que está implicado. Ya veremos lo que nos cuesta esa breve entrevista, tanto en efectivos militares como en dinero.
De lo tratado en esa entrevista con Barack Obama, Zapatero ni se enteró. Era tal el grado de arrobamiento de ZP, que, por un momento, se creyó en lo más alto del monte Tabor. Las imágenes ofrecidas por televisión son verdaderamente arquetípicas de los videntes ante una aparición celestial.
Y para completarnos su particular cosmovisión, no podía faltar la inevitable Alianza de Civilizaciones. Otra socorrida salida de nuestro hombre de paz. La indigencia cultural de Zapatero es de tal calibre, que le incapacita para distinguir churras de merinas. Ignora hasta lo más elemental de nuestra cultura cristiana, en la que le educaron, y pretende conocer los entresijos del Islam. No tiene ni idea de lo que es y representa el Islam. Se trata ciertamente de una religión, pero el Islam es algo más que una religión, es, ante todo, un modo de vida que informa y condiciona todos los actos del creyente. El verdadero islamista disfruta con su religión, la vive y se rige ciegamente por ella.
Islam significa sumisión. Y el creyente islamista acepta sumisamente y sin restricciones todos y cada uno de los azoras o surahs coránicos y los hadith recogidos en la Sunna. Y estos textos exigen del verdadero islamista toda una idiosincrasia guerrera que, ni por asomo, aparece en los diversos creyentes de otras religiones. Y ese carácter belicoso, insuflado por Mahoma con su ejemplo y con su doctrina, al ser de tipo eminentemente religioso, convierte a todo buen musulmán en un peligroso fundamentalista.
Al creyente islámico se le exige su implicación total en esa lucha a muerte contra los infieles. Se trata de un deber sagrado ineludible que marca a los mahometanos con ese carácter bélico e integrista que ya exhibió en su tiempo el profeta Mahoma. Y como se trata de una lucha por imperativo religioso, terminan siendo, con relativa frecuencia, trágicamente inhumanos. Ante todo, deben lograr que la ley divina se imponga en el mundo y desaparezca la ley humana, sin importarles el coste que esto pueda conllevar. De ahí su famosa Yihad o guerra santa.
La comprensión y el respeto ante el discrepante son posibles en el cristianismo y en otras muchas religiones, pero no en la religión islámica. Si un seguidor de Mahoma disculpara cualquier comportamiento o actitud religiosa contraria al Islam, se convertiría en un auténtico renegado, cuya apostasía llevaría aparejada incluso hasta su eliminación física.
No deja de ser llamativo que sea precisamente Zapatero el que pregone las excelencias de la Alianza de Civilizaciones, ya que no pierde la ocasión de perjudicar institucionalmente al catolicismo. La doctrinaria Educación para la Ciudadanía nació ya con ese fin. Hasta los favores, que proporciona a los islamistas que aterrizan en España, tienen la intención clara de molestar a los católicos. Si en Europa abundaran los mandatarios al estilo de Zapatero, en muy pocos años, los musulmanes, además de Al-Ándalus que consideran como propia, se apoderarían religiosa y culturalmente de dodo el mundo occidental.
Lo que si es cierto que ZP, dada su ignorancia supina, confunde la cultura árabe con el Islam. La cultura árabe ha dejado en España una rica y profunda huella, sobre todo en la arquitectura y en nuestro lenguaje. No así la religión islámica que, a pesar de los largos años de dominio musulmán, apenas se ha dejado sentir en nuestra religiosidad.

José Luis Valladares Fernández

jueves, 9 de abril de 2009

¡PARTURIENT MONTES…!


Quienes, en sus estudios, hayan recibido una formación clásica, conocen sobradamente la Epístola a los Pisones (Ad Pisones) escrita por el poeta latino Horacio. En esta Epístola nos encontramos con una frase, casi convertida en aforismo, que describe perfectamente el último acto de Zapatero: la confección del nuevo Gobierno. Escribió Horacio, unos años antes de nuestra era cristiana: parturient montes; nascetur ridiculus mus. Frase que, traducida libremente para los que no están muy duchos en latín, viene a decir lo siguiente: los montes se pusieron de parto; y dieron a luz a un simple ratoncillo.
Más o menos, lo que hizo Zapatero. Mucho pensar, buscando las personas ideales para el nuevo Gobierno; palabras grandilocuentes pero huecas e ilusas conclusiones. Pero, a la hora de la verdad, cuando dio los nombres, vemos que se trata de personas tan mediocres o más que los que cesaron. Sus nombres ya los conocéis. Nada, un ridículo ratoncillo. Quizá no haya elegido a otros, con más peso específico, para que no desentonaran con él y resaltara su bajo perfil. De este modo perdemos la oportunidad de que se enderece el rumbo caótico de nuestra economía.
Desde estancias oficiales quiere hacérsenos creer que se trata de un Gobierno con mucho peso político. Más que esto, se trata de un Gobierno con mucho peso de amigos, un Gobierno simplemente de andar por casa. Quizás haya buscado en ellos a simples defensores personales, ya que teme que otros muchos de sus amigos actuales desaparezcan ante la que se avecina. Y piensa que José Blanco es toda una tabla de salvación ante el naufragio. Son todos ellos personas con carnét del partido. Que pena que cada Ministerio no tenga al frente una persona especialista en la correspondiente materia. José Blanco, aunque lo diga ZP no es la persona mejor preparada para llevar Fomento
Y - ¡Dios nos coja confesados! - de Economía y Hacienda se va a encargar Elena Salgado. Alguien ya ha escrito que esto tiene trampa. Zapatero ha elegido a Elena Salgado para que se limite a ejecutar la política económica diseñada por él. Esto va a suponer la sentencia definitiva de nuestra economía. Con la Ministra de Cultura, evidentemente, ha tratado de comprar nuevamente a los titiriteros, reeditando el sindicato de la ceja
De todos modos, daba gusto ver en los reportajes de televisión la toma de posesión de los nuevos Ministros. Todos ellos, incluido nuestro amigo Pepiño, estaban muy contentos y encantados de conocerse. Con ellos aparecía la sin par De la Vega. Creo que esta Señora formaba parte del equipo de Belloch cuando los famosos papeles de Laos. Quizás debiera ocuparse en dar menos sentencias y más en buscar al Capitán Khan que, según noticias, sigue sin aparecer


José Luis Valladares Fernández

jueves, 2 de abril de 2009

LA LUCHA DE CLASES HOY

La lucha de clases como concepto o como teoría nos acompaña desde que Lorenz von Stein utilizó ese término para explicar la estructura del estado. Para Stein, se trata de un conflicto que surge por la diversidad de los distintos intereses de las clases sociales. Es algo, según él, inherente a toda sociedad estratificada en clases sociales. Con este tipo de sociedad, es normal que los individuos busquen, con verdadero interés, acceder al poder político, que les va a proporcionar pingües beneficios de tipo social y económico. Y las clases más bajas, en consecuencia, tratarán de ascender a puestos cada vez más altos en la escala social, utilizando para ello esos movimientos que se originan con la lucha de clases.
El concepto de lucha de clases lo retomaría posteriormente K. Marx, ampliando además el alcance del mismo. Para Marx, la lucha entre las diversas clases sociales es el verdadero motor de la historia. De ahí su rotundidad, cuando escribe en el Manifiesto del Partido Comunista, que “la historia (escrita) de todas las sociedades existentes, hasta ahora, es siempre la historia de la lucha de clases”.
Los conflictos que surgen entre una clase social y otra sirven de base a todos aquellos hechos que dan forma a las sociedades. Y de todas estas sociedades, la sociedad capitalista es la más importante para Marx, de cara a esa lucha de clases. En consecuencia, la principal lucha entre clases la encontraremos entre proletarios y burgueses.
La lucha de clases ocasiona siempre una polarización social evidente de todos los individuos por el mero hecho de pertenecer a una de esas clases sociales que existen en cada momento de la historia. Polarización social que se debe, dadas las circunstancias, a la inevitable explotación social. En las sociedades primitivas no existía este problema, ya que al ser la producción tan escasa, era imposible que un sector social se apoderara del producto del trabajo de otro sector. Como no había competición, tampoco había clases sociales. Andando el tiempo, aparecerán las sociedades esclavistas con el antagonismo entre esclavos y esclavistas. Más tarde llegaría la sociedad feudal con el conflicto entre siervos y señores feudales. Y, por fin, con la revolución industrial, apareció la sociedad capitalista y la lucha sin cuartel entre proletariado y burguesía.
Posteriormente, en la obra definitiva de Marx, El Capital, aparecen los nuevos conceptos de valor de uso y valor de cambio de las mercancías y el de plusvalía, tan ligados a la lucha de clases que inevitablemente se produce en el seno de toda sociedad capitalista.
Con posterioridad a Marx, el anarquismo también utiliza el concepto de lucha de clases, pero muy atemperado en cuanto a su agresividad. Para los anarquistas, el concepto de individuo es muy superior al de clase social. Al tener el individuo un valor fundamental, frente al valor puramente coyuntural de la clase social, la libertad individual es el germen del antiautoritarismo ácrata.
El concepto de lucha de clases en el anarquismo, tiene muy poco que ver con el significado que le dan los marxistas. Mientras que, para el marxismo la lucha de clases tiene un origen económico-historicista y está influenciada por un factor típicamente clasista, en el anarquismo, dicha lucha, tiene una razón de ser claramente política y racionalista. Conceptualmente para los anarquistas, los individuos estarán siempre contra el Estado como tal y contra todos sus aliados. La acción voluntaria del individuo estará claramente enfrentada contra cualquier intento de imposición coactiva de los distintos gobiernos. En una palabra, la lucha de clases para todo buen anarquista, en cuanto individuo, consiste básicamente en luchar contra los privilegios de las clases dirigentes para tratar de autoliberarse definitivamente.
La lucha de clases, hoy día, tal como la concibió Marx, y posteriormente los mismos anarquistas, ha sido ya francamente superada. Para cerciorarnos de esto, no tenemos más que acudir a la historia y ver como iban naciendo las distintas internacionales que administraban esa lucha, y como terminaron por fracasar todas ellas, una detrás de otra. La guinda de ese fracaso anunciado corrió a cargo de la descomposición de la Unión Soviética, y el verdadero colofón vino a ponerlo la esperada caída del muro de Berlín. Con la caída de este muro, el mundo occidental recuperó la racionalidad y la libertad individual volvió a enseñorearse de nuestro entorno cultural y a regir nuestro propio comportamiento.
Esperemos que dicha lucha de clases sea ya, definitivamente, un simple hecho histórico, sin posibilidad alguna de actualización. Nuestro Presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, quizás quiera recuperarla. Es especialistas en resucitar fantasmas del pasado, como ha hecho con nuestra guerra civil mediante la recuperación, bajo su exclusivo punto de vista, de la memoria histórica.
Si analizamos desapasionadamente la ley estrella de su Gobierno, como es la Ley Integral contra la violencia de género, podemos llegar a deducir que trata de rescatar nuevamente la periclitada lucha de clases, pero cambiando de contendientes. Ahora la lucha se establecería entre feministas y machistas. Pues es manifiesta, en la igualdad pregonada entre hombres y mujeres, la tremenda discriminación que han de afrontar los varones. En cuanto a derechos, las mujeres se llevan la parte del león y, por ley lo que en la mujer es una simple falta, en los varones se tipifica como delito.
A la larga, esta ley de violencia de género no hará otra cosa que enfrentar a hombres y mujeres, con lo que la deseada igualdad plena continuará siendo solamente eso: un loado deseo que no hay manera de convertir en una espléndida realidad.

José Luis Valladares Fernández