jueves, 28 de mayo de 2009

ESTAMOS EN MANOS DE IRRESPONSABLES

Muy malas tienen que ser las encuestas electorales que van llegando a Ferraz. De lo contrario, sería muy difícil explicar el comportamiento venal del la cúpula responsable del PSOE, empezando por José Luis Rodríguez Zapatero. No puede ser que semejante sujeto suelte, una tras otra, toda esa serie de sandeces a que nos tiene acostumbrados y que aplauden con fervor místico los Pepiños, las Pajines y todo su selecto coro de palmeros.
Si Zapatero cree de verdad, como denuncia el nuevo spot de campaña, que la crisis española la ha provocado Bush y Aznar y también los trajes a medida, o es que está rematadamente loco o es un auténtico irresponsable. La escalera de muertos que le aupó al poder no es de ayer. No sabemos quien puso esa escalera, pero si sabemos que fue puesta hace ya más de cinco años. Un margen de tiempo más que suficiente para hacer algo positivo, para corregir errores y reorientar de nuevo el rumbo de nuestra economía.
¿Qué ha hecho Zapatero hasta ahora en todo ese tiempo, a parte de dilapidar todo lo ahorrado en las dos legislaturas anteriores? Nada, no ha hecho absolutamente nada. Como llegó ayer, no le ha dado tiempo a hacer nada. Pero ahora, ahí está él para solucionar el problema de un plumazo. Nos trata de tontos y quiere hacernos comulgar con ruedas de molino, pero es igual, el tiene la solución definitiva con eso de la economía sostenida, el desarrollo sostenido y hasta el paro sostenido aunque sea insostenible. Y llegar a esto no está al alcance de cualquiera.
Es muy posible que Aznar sea el culpable de la caída del Imperio Romano y hasta de la última glaciación que puso fin al Pleistoceno. Pero de nuestro problema económico actual, es mucho más culpable Zapatero que Aznar. Zapatero comenzó por negar la crisis y motejar de antipatriotas a los que le avisaban de tal circunstancia. Según él, se trataba de un simple frenazo económico.
Y hoy día, que aunque tarde sí reconoce la crisis, está empeñado en que nuestra crisis es la misma que la del resto de los países. No admite que, además de esa crisis financiera universal, nosotros tenemos una crisis propia, aún más grave que la que afecta a todos. Esto nos aclararía por qué, durante el mandato de Aznar, se creaban en España más puestos de trabajo que en toda Europa. Y por qué ahora, bajo la égida de Zapatero, aumenta el paro entre nosotros mucho más que en el resto de países europeos
Según el nuevo video electoral, la crisis la han provocado los de los paraísos fiscales y los trajes a medida. Se refiere evidentemente a los responsables del Partido Popular, de los que dice que no son ellos los que van a encontrar la solución a la actual difícil situación económica. A esto agrega que ellos defienden su opción por el reparto justo frente a la codicia de los populares.
En el nuevo video electoral van desfilando varios personajes, con aspecto de ejecutivos, que ponen sus pies, calzados impecablemente, sobre distintas mesas y sofás. Simultáneamente, una voz en off, insiste sobre los paraísos fiscales, sobre los trajes a medida y habla de las stocks option. Y termina afirmando, sin convicción alguna, que los que nos metieron en esta crisis no van ahora a sacarnos de ella.
Es en los mítines donde los socialistas dan su auténtica medida, comportándose como auténticas verduleras. Los insultos y las descalificaciones más rastreras están a la orden del día. El candidato Sergio Gutiérrez no dudó en pedir a Dolores de Cospedal que abandone su patriotismo de hojalata. Llegó hasta el extremo, precisamente él, de pedir al PP que tenga más responsabilidad y que deje de poner palos en la rueda en lo que es la lucha contra la crisis económica y sus efectos.
Y cuanto más alto subimos en el escalafón del PSOE, es mucho peor. Tanto López Aguilar como Leire Pajin elevan el tono de los insultos. Y Zapatero aún más. No abren la boca más que para insultar zafiamente y remachan siempre los clavos acudiendo, como no, a la guerra de Irak, al Yakolev-42 y atribuyendo al Partido Popular todo tipo de corrupciones.
Quizás hagan todo esto porque saben que el PP, por educación, no les va a contestar en ese tono. Está muy bien ser educados, pero con quien sepa respetar las más elementales normas de educación. Pero a personajes de esa condición hay que acallarles acudiendo a su propio estilo navajero, y recordarles por activa y por pasiva, y hasta por perifrástica, los Gal, Filesa, el Ave, el BOE y toda esa riestra de corrupciones del partido como tal. Y, por que no, la dolosa ocultación del derribo del cugat en Afganistán por un comando de talibanes. Entonces, con seguridad, abandonarían ese tono altanero de gallos de corral.
Si hay un partido corrupto, como partido, ese partido es el PSOE y ha sido así prácticamente desde su fundación. Para disimularlo, no le ha quedado otro remedio que inventarse aquello de los cien años de honradez, que suena muy bien, pero que no tiene nada que ver con la cruda realidad. Y cuando les coges en una, suelen reaccionar airadamente, como hizo ayer el gran caudillo andaluz Manuel Chaves, al trascender la irregular subvención dada a la empresa MATSA. “La información –dijo- ha sido elaborada desde el rencor y el resentimiento”. Conocemos sobradamente todo su historial de corrupciones institucionales que, en su día, llevó a Marañón a escribir esta frase que les describe a la perfección: “¡que gente! Todo en ellos es latrocinio, locura y estupidez”.
Pero Zapatero, mientras esté ahí, seguirá insultando, seguirá mintiendo sistemáticamente. La mentira, el fanatismo y la demagogia son sus señas de identidad. Y es que España, en contra de lo que dijo Rubalcaba, parece ser que si se merece un gobierno que mienta, y que, además, mienta descaradamente.

José Luis Valladares Fernández

martes, 26 de mayo de 2009

LOS VERDADEROS HEREDEROS DE FRANCO

Es muy fecuente que, desde las filas del PSOE, se acuse a los miembros del Partido Popular de ser herederos del franquismo. Y lo hacen, claro está, con la mala intención de estigmatizar a toda la militancia del PP. Sin embargo ellos, los socialistas españoles, se presentan a sí mismos, como auténticos y ejemplares antifranquistas y, como tales, tuvieron que soportar verdaderas y crueles represiones.
Dentro del franquismo, como es natural, había más de una tendencia. Estaba, por un lado, el grupo de los que, renunciando voluntariamente a muchas cosas, iniciaron el prometedor proceso de la transición y que concluyó con el advenimiento de la deseada democracia. Había otro grupo, más adicto al tic antidemocrático del régimen que supo aprovecharse de tal circunstancia para medrar considerablemente. En este grupo estarían muchos de los que, muerto Franco, se proclamaron demócratas de toda la vida y esencialmente antifranquistas y que pasarían a engrosar las filas del PSOE.
Los únicos antifranquistas de corazón, cuando en realidad era sumamente peligroso serlo, formaban parte del Partido Comunista de España. Pero no exponían su vida por la libertad, como pregonan a veces. Lo hacían para imponer otro tipo de dictadura, mucho más cruel e inhumana que la impuesta por Franco, la dictadura comunista al estilo soviético.
Ahí está el ejemplo de Prisa, heredando lo peor que tenía el franquismo. Y lo demuestran, día a día, tratando de silenciar a todo aquel que no piensa como ellos. Han buscado desesperadamente el cierre de la Cope y de aquellos otros medios que no admiten su tutela. No toleran que pueda haber profesionales que piensen y obren por si mismos y no sigan los consejos paternalistas del grupo empresarial.
El inicio empresarial del principal fundador del grupo Prisa no pudo ser más modesto. Jesús Polanco comenzó vendiendo libros a domicilio, con el noble fin de costearse sus estudios. Como la mayor parte de los jóvenes de aquella época, Polanco figuraba en las listas del Frente de Juventudes y utilizó profusamente la camisa azul y el correaje hasta que alcanzó, con creces, la edad madura. Finalizada la carrera de Derecho, comienza su trayectoria profesional en diversas tareas editoriales, y en 1958 funda la Editorial Santillana. Como descubrió muy pronto que la mejor manera de triunfar en el mundo de los negocios era estando a bien con los que mandaban, sin importar su signo, buscó la manera de colocarse a la sombra del régimen. Pronto vio como su negocio editorial, pilotado desde dentro del franquismo, no tenía límites.
El primer pelotazo vendría de la mano de Ricardo Diez Hotchleiner, subsecretario del ministro de Educación Villar Palasí, que, según todos los indicios, dio a Polanco información privilegiada sobre los textos escolares de la reforma educativa antes de que esta se promulgara oficialmente. Esto determinó que, para iniciar el curso 1970/1971, no hubiera más libros de texto adaptados a la nueva ley que los de la editorial Santillana. Los demás editores, al desconocer el contenido de la reforma, no pudieron llegar a tiempo para competir con Polanco. Este éxito económico sin precedentes le animó a internacionalizar sus negocios editoriales y multimedia, consiguiendo hacer las Americas.
El alter ego de Polanco lo tenemos en el académico Juan Luis Cebrián, siendo el verdadero mentor intelectual del holding de Prisa. Cebrián hizo toda su carrera en el aparato de información del franquismo. Su padre, Vicente Cebrián, era el director del diario Arriba, órgano de comunicación de la Falange Española. Es precisamente su padre el que intercede para que, a sus 19 años de edad, entre a trabajar como redactor jefe en Pueblo, el diario vespertino del Movimiento, que dirigía Emilio Romero. En Pueblo llegó a ocupar el cargo de subdirector, antes de pasar a Informaciones.
En 1974, por mediación de Pío Cabanillas es nombrado jefe de los servicios informativos de RTVE, con el visto bueno Arias Navarro, presidente de aquel último gobierno franquista. Para acceder a este cargo, tuvo que pasar rigurosos filtros que acreditaran un incuestionable pedigrí franquista, que acreditó sobradamente.
Fue en los estertores del régimen cuando se unió a Polanco, buscando nuevos horizontes ante la nueva situación política que se adivinaba. Para lograr una buena posición de salida, no dudó en travestirse cambiando, de la noche a la mañana, de fervoroso franquista al más entusiasta de los antifranquistas. Conservó, eso si, los modos dictatoriales que practicó con entusiasmo mientras sirvió al régimen. Y, como entonces, trata ahora de imponer sus criterios. No sabe hacer otra cosa. Solamente que ahora, para lograrlo, acude sin miramiento a la ética y al antifranquismo.
Tanto Cebrián como Polanco, y otros muchos prebostes del PSOE actual, fueron niños mimados del régimen, a la sombra del cual medraron extraordinariamente. Los ataques al franquismo, una vez desaparecido Franco, buscan despistar a los incautos y disimular el padrinazgo del que se aprovecharon a fondo.
Y por si esto fuera poco, las huestes socialistas, políticamente débiles y divididas y sin apenas militancia de antifranquistas, salieron ampliamente beneficiadas con la transición a la democracia. Se temía que, en la transición, el PCE se alzase como el gran partido de la izquierda española. Y con el único fin de cortarle el paso, se benefició descaradamente al PSOE con todo tipo de ayudas mediáticas y financieras por parte de la UCD y hasta de la misma derecha alemana.

José Luis Valladares Fernández

domingo, 24 de mayo de 2009

ORIGEN DEL MOVIMIENTO SINDICAL

La palabra síndico procede del vocablo griego Συνδηκου que, en la antigua Grecia, se utilizaba para referirse a los defensores de alguien en los juicios. También se daba ese mismo nombre a los defensores de las leyes antiguas contra todo intento de innovación. Con el paso del tiempo, la palabra síndico se adjetivó y pasó a referirse a todo lo comunitario o que afectaba a toda la comunidad. El vocablo síndico, una vez adjetivado, cambia sensiblemente su significado, Con esta nueva acepción, proviene del prefijo Συν, que significa "con", y de la palabra δηκι, que significa justicia.
El síndico, según este último significado, es siempre una persona elegida por la comunidad o corporación para que cuide de sus intereses. Las actuales sindicaturas públicas tienen su origen en la activad de aquellos antiguos síndicos. Y por analogía, se dio el nombre de sindicatos a todas aquellas asociaciones que, aunque ilegales y perseguidas, fueron apareciendo a partir del año 1776, sin otro objetivo que la defensa de los intereses del mundo laboral.
Entre 1776 y 1810 tiene lugar lo que conocemos como revolución industrial. Se inició en Inglaterra y se extendió después, poco a poco, a toda Europa. Esta industrialización, además de un gran impacto económico, dio también lugar a enormes transformaciones sociales. Hasta entonces, la economía se basaba exclusivamente en el trabajo manual. A partir de aquí, esa economía familiar y rudimentaria da paso a otra economía más pujante y que pilotan la industria y la manufactura.
El Reino Unido fue el primer país que puso en marcha una prometedora innovación de su industria, transformando radicalmente los modos de producción, lo que le lleva a colocarse a la cabeza de los países del mundo.
Son varios los factores decisivos que llevaron a Gran Bretaña a ser el primer país en industrializarse. En primer lugar, disfrutaban de un régimen político muy estable. La monarquía reinante, al ser de corte liberal, les libró de muchas de las revoluciones que tuvieron que soportar el resto de países europeos por culpa del absolutismo de sus monarcas. Inglaterra, además, contaba ya, desde 1694, con un sistema bancario muy bien organizado, lo que daba a la moneda inglesa una estabilidad que no tenían las restantes monedas europeas.
Hay otros factores de tipo social y económico que aceleraron esa industrialización. En Gran Bretaña había una cantidad notable de capitales, dispuestos a ser invertidos en ese naciente proceso industrial, y que procedían del intenso tráfico de la marina mercante, del comercio con sus colonias, y hasta del tráfico de esclavos.
A todo esto, hay que añadir que en Inglaterra prácticamente había ya desaparecido el régimen señorial. Los gremios heredados del Antiguo Régimen, que torpedeaban todo tipo de innovación industrial en los países europeos, apenas si existían en Gran Bretaña. Esto facilitaba la modernización industrial, al tener libertad para invertir los recursos económicos de la manera más eficiente posible. También influyó decisivamente en ese despegue de la industria, el hecho notable de que en Inglaterra no hubiera aduanas interiores y que el comercio, en el mercado interno, gozaba prácticamente de unos impuestos muy bajos.
La abundancia de carbón y de hierro en Gran Bretaña fue otro factor determinante en su desarrollo industrial. Esto propició el nacimiento de su fuerte industria siderúrgica, industria básica para la creación de riqueza y un desarrollo económico sostenido
Las mejoras tecnológicas aplicadas a la explotación agrícola fueron determinantes de una mayor producción de alimentos con mucha menos mano de obra. Esto dio lugar a un excedente notable de trabajadores agrícolas que emigraban hacia la ciudad buscando nuevos puestos de trabajo. Y es este masivo éxodo de campesinos, prestos a convertirse en obreros industriales, lo que da un empuje notable al desarrollo de las nuevas fábricas. La industria textil algodonera fue la primera en utilizar masivamente a estos obreros agrícolas, que procedían del campo. El ejemplo de la industria textil sería posteriormente imitado por la siderurgia, los transportes y la minería.
Desde un principio se intentó que estas fábricas fueran plenamente rentables. Y en busca de esa rentabilidad, además de la producción en serie, y puesto que no había norma jurídica alguna que regulara esa actividad, se explotaba descaradamente a los trabajadores. Para empezar, y por un simple salario de hambre, se les hacía trabajar de sol a sol sin garantía laboral alguna. Hasta se utilizaban niños en la cadena de producción de una manera totalmente inhumana, ya que estos eran más rentables al tener aún un salario mucho menor.
Los nuevos trabajadores se dieron pronto cuenta de que, luchando individualmente contra la avidez desmedida de los patronos, nunca lograrían mejorar su precaria situación laboral. Necesitaban que la lucha fuera colectiva. De ahí que comenzaran a unirse en una especie de asociaciones, inicialmente de corte muy rudimentario, dando así inicio a lo que más tarde se denominó movimiento obrero. Las complicaciones con que se encontraban para llevar a cabo ese asociacionismo eran enormes. Pues no podemos olvidar que ese movimiento asociativo, en aquella época, era totalmente ilegal y estaba claramente tipificado como delito penal. Al tratarse de asociaciones clasificadas como ilegales, estaban rigurosamente prohibidas y perseguidas con la mayor dureza. Pero a los trabajadores de la nueva industria no les quedaba otro camino si es que querían poner coto a la explotación creciente y, a la vez, mejorar sus propias condiciones de vida. Y este movimiento asociativo, aunque con desigual fortuna se fue extendiendo poco a poco al resto de países europeos.
A pesar de lo arriesgado de esas actuaciones colectivas de los trabajadores, esas asociaciones terminaron por imponerse y, aunque continuaban siendo ilegales, terminaros por convertirse en una auténtica y prometedora realidad. No tenían aún peso específico, es verdad, ni influían para nada en las leyes que promulgaban los distintos gobiernos. Pero, no es menos cierto, que adquirieron tal relevancia, tanto en prestigio como en número de asociados, que los países se vieron obligados a tolerarlas primero y reconocer posteriormente el deseado derecho sindical.
Inglaterra fue el primer país que les reconoció ese derecho. Fue en 1824, cuando el parlamento británico, como consecuencia de una considerable presión popular y obrera, derogó las famosas Combination Acts o leyes que prohibían el asociacionismo de los trabajadores. Esta derogación supuso de hecho la legalización de esas asociaciones. El ejemplo de Gran Bretaña fue imitado más tarde por los demás países.
Estas asociaciones que, con sudor y lágrimas, pusieron en marcha los iniciadores del movimiento obrero, se fueron perfeccionando y, con el tiempo, se convirtieron en lo que hoy conocemos por sindicatos.

José Luis Valladares Fernández

viernes, 22 de mayo de 2009

ZAPATERO Y SUS INSIDIAS

Desde que José Luis Rodríguez Zapatero llegó a la Moncloa, en lo que queda de España, han comenzado a crecer hasta los enanos. Cuanto toca, deja de funcionar y allí donde pone el ojo, aparece de inmediato el desastre. Ni que fuera la esfinge de la mitología griega, apostada sobre su roca, para saltar sobre los transeúntes y devorarlos si no adivinan correctamente sus acertijos.
Esperamos que aparezca, lo antes posible, el Edipo de turno que nos libere de semejante monstruo, como el mitológico liberó a Tebas. Mientras tanto, apechugaremos con semejante bestia que alguien soltó intencionadamente aquel fatídico 11-M de nuestra historia. Menudo morlaco nos ha caído en suerte. Parecía difícil igualar la marca de Felipe González, pero Zapatero la ha superado ampliamente.
El 9% de déficit lo tenemos ya, prácticamente, al alcance nuestra mano. Y el número de parados ahí está, creciendo a un ritmo desconocido hasta ahora en toda Europa. En números redondos, son unas ocho mil personas las que, diariamente, se quedan sin empleo. Son ya muchas las familias sin ingreso alguno, obligadas a vivir de la caridad ajena. La caída del PIB en el primer trimestre alcanzó un 3% en tasa interanual. El peor registro desde que el Instituto Nacional de Estadística estableció este tipo de contabilidad en el año 1970. El gasto en consumo de las familias, en este primer trimestre, aceleró su crecimiento negativo en casi dos puntos, llegando hasta el -4,1%. El número de morosos alcanza cotas inesperadas, y no hay ni un solo dato positivo en nuestra economía que nos invite al más mínimo de los optimismos.
Las medidas propuestas por Zetaparo para salir de la crisis, nos llenan de desánimo y de pesimismo. Con el simple mantenimiento de la cohesión social, como él propone, lejos de solucionar el problema, lo agravará cada vez más. La sensibilidad social de Zapatero será muy exquisita, tal como él presume, pero subsidiando el paro, en vez de riqueza, se crea más paro y más pobreza. Los subsidios no son gasto público productivo y, quiérase o no, se traducen siempre en un aumento de los impuestos, que no pagarán las clases bajas, ni tampoco las clases altas. Ese aumento de la carga fiscal correrá exclusivamente a cargo de la clase media.
Y es que a Zapatero no le dice nada aquello de no des peces al que tiene hambre, enséñale a pescar. Y ahí están esas enormes colas, que crecen día a día, ante las oficinas del INEM y ante las puertas de los comedores sociales. Piensa que con aumentar el gasto público, y poco más, se incentiva el consumo y se activa la demanda, desapareciendo así el riesgo de deflación. Nada más falso. Estos subsidios, sin reversión rentable, no producen más que parados y menesterosos.
En el pasado Debate del estado de la Nación, Zapatero se esforzó inútilmente en hacernos creer que sus propuestas eran el auténtico bálsamo de fierabrás para nuestra economía. Su tremenda osadía, como no tiene límites, le llevó a ofrecer grandes dispendios con dinero que no era suyo. Choca contra el sentido común que prevea gastos, y que los endose a terceros, sin contar previamente con ellos. Es el caso de las Autonomías, los fabricantes de coches y hasta posibles compradores de viviendas.
Este proceder, claramente temerario, desinfló las propuestas vendidas en el Debate, de alguna de las cuales, no quedan ni las pavesas. Para empezar, el plan prever, que Zapatero presentó como propuesta estrella, no ha hecho otra cosa que desatar la guerra entre las distintas autonomías.
De los ordenadores para los estudiantes de primaria, ya ni se habla. Y, si se mencionan, se da a entender que los padres de los alumnos cargarían con parte de los gastos. Es indudable que la propuesta de los ordenadores se le ocurrió sobre la marcha y la lanzó sin ánimo evidente de cumplirla. Los presupuestos del año en curso no tienen prevista partida alguna para invertir en esos cuatrocientos mil portátiles necesarios. Otro tanto ocurre con la conexión de banda ancha para los colegios.
Tampoco tuvo acierto con las medidas propuestas para dar salida a tanto piso que hay sin vender. Los 24 mil euros señalados inicialmente como límite para desgravar, son un auténtico freno. Posteriormente, y de cara a las resoluciones finales, se barajaron otras cantidades algo más elevadas, entre 30 mil y 32 mil euros anuales y que al final quedó sin concretar.
Las ofertas de Zapatero, con vistas a las elecciones europeas, tenían mucho de fuegos de artificio. Muchas de las propuestas ofertadas eran absurdas e irrealizables. Pero no importa lo más mínimo. Buscaban ese impacto mediático que tanto le gusta y que es tan útil para alimentar a esa borregada incondicional que no sabe pensar por sí misma. Para cuando transcienda que de lo dicho no hay nada y se llegue al convencimiento de que se ha estado orquestando todo un camelo mayúsculo, el propio Zetaparo, o algún miembro de su partido, lanzarán otra bomba mediática que acapare toda la atención.
Y esto es lo que en realidad ha sucedido. Las propuestas de Zapatero eran tan irrealizables, que su propio partido se vio en la obligación de devaluarlas hasta tal extremo que, las que al final se votaron, eran otras propuestas nuevas y sin contenido alguno. Y aquí es cuando aparece la nueva bomba mediática, esta vez a cargo de la Ministra de Igualdad. Bibiana Aido, con toda su cara dura y su escasa formación intelectual, se atreve a certificar que un feto de 13 semanas de gestación es un ser vivo, pero no un ser humano. Automáticamente, todo el mundo se olvidó de las propuestas de Zapatero y pasó a comentar la audacia de la titular de Igualdad y de su preparación científica. Hasta Ángel Gabilondo, Ministro de Educación, se dejó cautivar por semejante memez y soltó su imbecilidad de escolástico en decadencia: como metafísico necesitaría un buen rato para decidir qué es un ser humano. Para que el feto se transforme en ser humano, necesitará que así lo disponga algún decreto del gobierno socialista.
Y la guinda, como no, la puso el propio Zapatero. Para eso es el Jefe y tiene que aparecer como el gran defensor de la juventud hispana. Una defensa un tanto nazi, ya que trata de defender a los jóvenes enfrentándoles a sus propios padres. De ahí que afirme que los padres no deben saber que sus hijas de 16 años están embarazadas, ya que, si quisieran abortar, se podría producir una interferencia determinante en su decisión. Es su decisión, no privemos ni hagamos interferencia donde la decisión libre es de la mujer, sentenció.
Pero Zapatero, con esa mente tan retorcida que Dios le dio, quizás quiera utilizar esto para matar dos pájaros de un tiro. Parafraseando el final del vídeo electoral del PSOE, made in Pepiño’s factory, lo malo no son estas frases tan rebuscadas, destinadas a enfervorizar a sus huestes. Lo malo son las segundas intenciones. Tiempo habrá de averiguarlo.

José Luis Valladares Fernández

miércoles, 20 de mayo de 2009

DISCRIMINACION DE LA PERSONA MAYOR


El Edaismo (“ageism”) está muy de moda en la sociedad actual. Se trata de una violencia intergeneracional que soportan las personas mayores, precisamente por ser mayores. Es cierto que siempre ha existido esa discriminación por razón de edad, pero no de una manera tan hipócrita como se lleva ahora. Hoy día, desde los poderes públicos, se trata de disimular esa discriminación con la puesta en escena de programas sociales que tienen de bueno, únicamente, la parte propagandística. Estos programas sociales pueden, en algunos casos, paliar el problema, pero no le dan una solución definitiva.

Aunque hay muchas formas de discriminación que afectan a las personas mayores, ninguna es tan sangrante e hiriente como la que se refiere a su salud. Disfrutar de buena salud, y el miedo a perderla, es la preocupación máxima de este colectivo, por encima incluso del bienestar económico. Esto indica, al menos, una encuesta del CIS del año 2002. Sobre una puntuación de 10, las personas mayores de 65 años consultadas, asignaban un 9,8 a la salud personal, mientras que al bienestar económico le daban un 8,1.

El problema radica en que la sociedad actual da por bueno el estereotipo de que la enfermedad es consustancial con lo que denominan vejez. Esto da origen a que los Mayores sean vistos frecuentemente como una pesada carga impuesta a los Servicios Sanitarios. Más aún: se cree que representan una verdadera amenaza para el mantenimiento financiero de los mismos. Y así aparece una mal disimulada gerontofobia. Buena prueba de ello es lo extendida que está la creencia de que los tratamientos médicos tienen mucho menos valor en las personas mayores que en aquellas que aún son jóvenes.

Esta discriminación, que hasta tiene carácter institucional, impide que el sistema sanitario se adapte a las necesidades cambiantes de la población. La edad impone ciertas limitaciones en los protocolos de tratamiento. De ahí que al colectivo de mayores se les excluya, casi sistemáticamente, de todo ensayo clínico. Un dato: para saber como influye la toma regular de aspirina en los posibles episodios cardiacos, se utilizaron a miles de personas jóvenes, todas ellas varones y ninguna mayor de 55 años. A esto, algo tendrán que decir las mujeres, ya que la discriminación les alcanza también a ellas.

Es ley de vida que todos, con el paso de los años, vayamos envejeciendo inexorablemente. Y esto nos lleva a una situación de permanente cambio biológico. Esto comporta, además de ciertas implicaciones de carácter social, económico y hasta jurídico, otras implicaciones de carácter típicamente asistencial y médico. Todo esto amplia notablemente el hecho conceptual de envejecer de manera ineludible. Y este destino natural, que nos afecta a todos personal e inevitablemente, nos va a marcar y, por lo tanto, a acondicionar nuestra respuesta vital.

De ahí que si los Poderes Públicos quieren solucionar definitivamente las carencias que provoca en nosotros el hecho de envejecer, deba habilitar ciertos foros para que sean los mayores los que expongan claramente sus necesidades. El querer solucionar estos problemas desde arriba, sin la consulta previa a los interesados, será un empeño condenado al fracaso más absoluto. Es preciso, por lo tanto, que sean los mayores los verdaderos impulsores del necesario desarrollo de una ley de calidad y cohesión del sistema sanitario. Y que simultáneamente colaboren en el desarrollo de la Ley de Protección de las personas con dependencia. Esta sería la manera de corregir las carencias con que nació esta importante ley.


José Luis Valladares Fernández

lunes, 18 de mayo de 2009

UN PRESIDENTE FRÍVOLO E IRRESPONSABLE


El Debate sobre el estado de la Nación llega en un momento crítico para nuestra economía. La economía española hace aguas por todas partes y no hay por donde cogerla. El escenario que se nos echa encima, lo miremos como lo miremos, no puede ser más desolador. Como ejemplos preocupantes tenemos, entre otros, los siguientes: más de 4 millones de parados; la caída en picado de la calidad de la deuda pública que sobrepasará el 60% del PIB en un año; los elevados costes de intereses, que se triplicarán en el presente año; la escasa productividad, la falta de ahorro y el número de familias en quiebra que aumentará casi un 300%.
Ante perspectiva tan trágica, emerge la figura de José Luis Rodríguez Zapatero, chistera en mano, y, con su optimismo antropológico, inicia el montaje de su tómbola particular. Es cierto que no puede permitirse las alegrías de los primeros años de su mandato, ya que de las reservas de Aznar, dilapidadas irresponsablemente, no queda más que el recuerdo.
Pero había algún que otro conejo en su vieja chistera. Y su tómbola, como suele ocurrir en períodos electorales, comenzó a soltar toda una lluvia de papeletas premiadas con todo tipo de promesas. Alguna de estas promesas, las que de verdad pueden tener algún cariz anticrisis, las rescata de ofertas pasadas del Partido Popular. Otras, únicamente tienen la pretensión de un buen efecto de cara a la galería y a la propaganda fácil. Y alguna de ellas es manifiestamente sicalíptica, como esa ley de economía sostenible, que ni el propio Zapatero entiende. De todos modos, en su intención está no cumplir nada de lo que promete. Pero eso sí, todo este festival de ofertas, desgranadas parsimoniosamente, proporcionan un aire populista a todo su discurso que, en realidad, es lo que busca para dotarle de un atractivo que no tiene.
Hasta el mismo Zapatero sabe que la economía no tiene visos de recuperación posible ni a corto ni a medio plazo, por falta de medidas estructurales. Y esto supone una elevada factura que pagaremos, más pronto o más tarde, con subidas importantes de impuestos y con elevados recortes de prestaciones. Además de ese evidente coste pecuniario, tiene otros costes no menos importantes. El más importante, la desconfianza que generaremos de cara a las inversiones internacionales. Y, hasta el Banco de España, que no es sospechosa su orientación, nos ha recordado recientemente que el sistema actual es insostenible sin reformas de verdadero calado.
La irresponsabilidad del Presidente es manifiesta. Sabe que la mayoría de las medidas que ya ha tomado son meramente coyunturales, sin efecto positivo alguno sobre la crisis. Es más, alguna de ellas claramente contraproducente. Pero a Zapatero no le importa la crisis ni le preocupa lo más mínimo el estado de la Nación que se examina en ese debate. Solamente le obsesiona el poder. Y para mantenerlo, necesita ganar y cautivar a la opinión pública, aunque para ello tenga que mentir. Y es esa obsesión, esa desmedida avidez de poder lo que condiciona todos sus actos. Jamás tomará una medida impopular, aunque esté plenamente convencido de que es necesaria. Alardeará, eso sí, de estar en posesión de una exquisita sensibilidad social. Sensibilidad social que, al final, queda reducida a lo más simple y menos complicado: subsidiar necesidades, a costa del dinero de los demás.
Zapatero no busca, ni buscará jamás, soluciones definitivas a los distintos problemas económicos de ámbito nacional que nos ahogan. Ante todo, trata de cultivar el voto fácil, y más estando en vísperas de unas elecciones. Para ello halagará intencionadamente a esos colectivos afines que le apoyan, y que vegetan apoltronados a la sombra del poder. Ahí están los ejemplos claros de esos sindicatos, más verticales que nunca, y ese otro numeroso grupo que conocemos por el sindicato de la ceja. Ambos colectivos viven muy cómodamente, no de su trabajo como debieran. Viven de las inmerecidas dádivas y subvenciones que reciben del Gobierno. Este reparto de prebendas, a costa del erario público, define al mentor que las patrocina.
Este proceder tan egoísta, nos indica que Zapatero, además de irresponsable, es también tremendamente indigno. El exceso de egoísmo personal, que le lleva a no escuchar a nadie, determinó esa soledad extrema que experimentó durante todo el Debate del estado de la Nación. Se sintió tan asfixiantemente solo, que se vio obligado a pedir árnica a esos pequeños grupos de nacionalistas extremos, que tampoco es que le hicieran mucho caso.
En el Debate del estado de la Nación, Zapatero rizó tanto el rizo, que las víctimas del 11-M interpretaron como una provocación sus referencias a la última información de un periódico. Sin venir a cuento, ya que no hubo alusión alguna al 11-M durante todo el Debate, se refirió a las últimas revelaciones publicadas por El Mundo en un tono burlón y sarcástico, que ofendió gravemente a las dos asociaciones mayoritarias de las víctimas del terrorismo. Esto si que revela la clase de este personaje, que vive endiosado, pero que desborda ruindad por todos sus poros, sin la más mínima empatía hacia los que sufrieron el zarpazo tremendo del terrorismo.
Solamente a Zapatero puede ocurrírsele comparar las últimas revelaciones sobre el explosivo empleado en los trenes, con las dudas que alguien pueda tener sobre si Elvis Presley vive o no vive, o si el hombre llegó o no llegó a la luna. Esto llevó a mucha gente a sentir vergüenza por los intentos de Zapatero de frivolizar sobre la matanza del 11-M. La gente quiere saber quién está detras de tan brutal atentado. Y las víctimas, con más razón. No sabemos quienes fueron los autores intelectuales de la masacre. Tampoco sabemos, a ciencia cierta, quienes fueron los autores materiales de la misma. No sabemos nada. Si sabemos, por pura lógica, que los pelanas de Lavapiés no pudieron ser. La preparación de esa escalera de muertos, que le llevó a él hasta la Moncloa, quedaba muy lejos de las posibilidades de esos moritos de poco pelo, vulgares chorizos al fin y al cabo.

José Luis Valladares Fernández

viernes, 15 de mayo de 2009

ASALTO SINDICAL EN MADRID

Hace ya mucho tiempo que las centrales sindicales de UGT y CCOO, a base de subvenciones y untes de todo tipo, se pasaron al Gobierno con armas y bagajes, olvidándose del pobre trabajador. Presumían de ser sindicatos claramente de clase y, por obra de una abultada pasta monetaria y unos puestos de liberados, han pasado a ser sindicatos claramente clasistas y hasta elitistas. Zapatero ha sabido hacer de ellos unos obedientes peones que moviliza a su antojo cuando le conviene.
Estos sindicatos mayoritarios no están, como sería su obligación, al servicio de los intereses de los trabajadores. Se han convertido en una simple casta de vividores, tremendamente servil y dispuesta a cualquier cosa, y no están nada más que para servir a los intereses del PSOE. Ahí está la manifestación del 1º de mayo donde compadrean sindicatos, Gobierno y partido socialista.
Es sintomático que estas dos centrales sindicales, CCOO Y UGT, no tengan nada que reclamar al Gobierno, sobre todo, en esta situación de crisis que estamos viviendo. Sus reclamaciones y exigencias van todas ellas dirigidas contra la oposición y los empresarios. El sindicato vertical de Franco, a su lado, era todo un modelo de responsabilidad sindical. Pues, a pesar de haber sido diseñado intencionadamente para servir al régimen, no adoptó jamás un sesgo tan totalitario y rastrero como el de estas dos centrales sindicales.
No deja de ser llamativo que seamos todos los ciudadanos los que, con nuestros impuestos, nos veamos obligados a sostener a estas entidades sindicales, tan tremendamente sectarias. La UGT y CCOO ponen todo su empeño en servir fielmente al Gobierno, y contribuyen con decisión a mantener ese ambiente torvo de dependencia y de falta de libertades sociales.
Estos sindicatos, únicamente se preocupan de su bienestar personal y de sus intereses, frecuentemente inconfesables. Y, como cae el momio de una manera abundante, no les importa ejercer de mamporreros de un ejecutivo sin escrúpulos, a sabiendas de que van a ser utilizados para hacer de oposición a la propia oposición del Partido Popular. Tienen que ser consecuentes y, por lo tanto, agradecen ese estupendo aguinaldo que les otorga Zapatero. No pueden exponerse a que les obliguen a trabajar, cosa que o no han hecho nunca, o se les ha olvidado ya. Como el mandato bíblico de ganarás el pan con el sudor de tu frente les resulta sumamente arcaico, lo han reescrito de nuevo, tratando de mejorarlo considerablemente. Ahora reza así: ganarás el pan con el sudor del de enfrente.
Tanto UGT como CCOO se muestran muy activos. Tan pronto les vemos apoyando iniciativas del actual ejecutivo, entre las que se encuentra la nueva ley del aborto, como les vemos protestando contra el gobierno de Esperanza Aguirre. Primero pusieron en solfa la sanidad autonómica madrileña. Después intentaron paralizar el metro de Madrid y Telemadrid, organizando auténticas huelgas salvajes. Y como colofón de todos estos desórdenes, el pasado di 7 de mayo, realizan un llamativo asalto sindical a la Asamblea de Madrid, con la venia y el aplauso hipócrita del PSOE e IU.
Ni que fuera Esperanza Aguirre la responsable de esos más de 4 millones de parados y la que dicta leyes y decretos y realiza en exclusiva la política económica de toda España. Tratan de hacer ver que la culpa de la crisis, los ERE, los despidos, la falta de créditos, no es de Zapatero, aunque sea él quien elabora los presupuestos generales y quien dicte la política económica y social del momento.
Los responsables políticos de la izquierda española son incapaces de asumir las continuas y abultadas derrotas que les inflige el pueblo de Madrid en las urnas. Y para resarcirse de esas derrotas, optan por amedrentar y atacar a los representantes legítimos de los madrileños, lanzando irresponsablemente por delante a sus mesnadas sindicales.
La intolerable bronca comienza en el interior de la Asamblea de Madrid. Son las huestes sindicales invitadas por PSOE e IU las que, imitando a Tejero, inician la incomprensible algarada. Algarada que aplauden con insensatez los parlamentarios autonómicos de estas dos fuerzas políticas de izquierda. Lo importante era no dejar hablar al portavoz del PP. Todo un ejemplo de tolerancia y de espíritu democrático, que les iguala a sus irresponsables comparsas sindicales. Cuando la presidenta de la Asamblea les pide respeto, se levantan de sus escaños y se van a la calle donde continúan aplaudiendo y jaleando a los cafres que dan la cara.
Los miembros de la UGT y CCOO, desalojados de la tribuna de invitados de la Asamblea, se unen en la calle a otro grupo de energúmenos movilizados previamente por dichos sindicatos, en connivencia con PSOE e IU. Es allí donde hacen frente a las Fuerzas del Orden, derriban las vallas, llegando amenazantes hasta la misma puerta de la Asamblea. Lanzan piedras y tuercas contra el parlamento autonómico, y explosionan petardos al grito desaforado de con nuestro curro no se juega y la próxima visita será con dinamita.
Sería interesante saber los currantes auténticos que participaban en aquella violenta protesta. Posiblemente fueran todos, o casi todos, liberados que viven del cuento y del trabajo ajeno. Están muy acostumbrados a disfrazarse, en este caso de trabajadores, como, no hace mucho, se disfrazaban de médicos y de enfermeros en apoyo del Dr. Montes. Evidentemente. CCOO y UGT forman prácticamente una sola realidad social con el PSOE y con IU. De ahí que estos sindicatos estén perfectamente alineados con este Gobierno que padecemos, que es la mayor fábrica de parados del mundo y, a la vez, especialista en dar la espalda a los problemas que aquejan a los auténticos y sufridos trabajadores.
Lo malo es que, tal desfachatez sindical, la pagan, y muy caro, los más inocentes, los que viven honradamente de su trabajo. Veremos a ver cuanto dura tan bochornosa e irresponsable actitud.

José Luis Valladares Fernández

miércoles, 13 de mayo de 2009

SIMPLEZA O DESFACHATEZ

Cada vez que un miembro del PSOE se encuentra ante un micrófono abierto, no sabe hacer otra cosa que insultar o dedicarse a soltar, una tras otra, toda una sarta de enormes simplezas y estupideces de lo más absurdo. No saben abrir la boca para decir algo sensato y desprovisto de toda desfachatez. Aunque los miembros del Gobierno no se quedan cortos, Leire Pajín se lleva la palma en soltar toda esa ristra de llamativas simplezas. A la desfachatez no llega ya que, para eso, hace falta más inteligencia. La desfachatez se la dejamos para la Vicepresidenta Mª Teresa Fernández de la Vega, que puede sentar cátedra en la materia.
Por culpa de las elecciones al Parlamento Europeo, y algo tendrá que ver con ello las encuestas de que disponen, se han soltado el pelo y no dan abasto a soltar sandeces. Comienzan por fiar toda nuestra recuperación económica en la actuación de Barack Obama que supone, dicen, toda una ventana de esperanza al mundo. Y en esa recuperación también nos va a echar una mano el primer ministro británico Gordon Brown.
Al hilo de esta hipotética recuperación, Leire Pajín exige a Mariano Rajoy que se deje de palabras huecas y arrime el hombro y se ponga a trabajar para sacar a España de la crisis. Se exige, tanto a Mariano como a todo el Partido Popular, una colaboración ciega con las huestes socialistas, dejando a un lado sus propias recetas, de las que el PSOE no quiere ni oír hablar. Nada de escuchar a la oposición, cuyas soluciones son perversas y trasnochadas. Más que socios colaboradores, piden cómplices colaboradores que no cuestionen las ocurrencias del Gobierno a la hora de buscar salidas a la crisis.
Después de llamar cínicos e hipócritas a los del Partido popular, la secretaria de organización del PSOE les pide que no presenten las elecciones europeas del 7 de junio próximo en términos de moción de censura contra el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Que lo hagan contra los gobiernos de las Comunidades Autónomas de Madrid y de Valencia, donde, dice, da vergüenza cómo gobiernan.
Dice Pajín que es el momento de la verdad de los socialistas. Para el PSOE, la victoria empezará al día siguiente de las elecciones y que, desde esa fecha, comenzaran a trabajar desde el Parlamento Europeo para conquistar derechos y un mundo más libre y solidario. E insistió en el compromiso de todo su partido para construir una nueva Europa más justa y solidaria, donde ya no tendrán cabida los paraísos fiscales, lo que hará temblar a los que tienen ahí sus reservas, que no son otros que los cínicos y egoístas que trajeron esta crisis, es decir Aznar con sus mesnadas y el mismo George Bush. El Partido Popular es el verdadero culpable de todo lo malo que afecta a la sociedad española.
En relación con las próximas elecciones europeas, Leire Pajín augura una amplia victoria de sus huestes, lo que les dará una voz potente en Europa para que el PP no vuelva a engañar. Y esto lo dice quien no ha dicho una verdad en su vida.
. En la rueda de prensa habitual de los lunes, tras la Comisión Permanente del PSOE, Pajín, con toda su cara dura, acusa al PP de alegrarse "incluso de los datos económicos negativos”. El Gobierno, dice, “es el primer interesado en salir de la crisis cuanto antes”. El Partido Popular, en cambio, quiere “que dure hasta las elecciones” para ver si así recuperan el poder. Y afirma con rotundidez que Zapatero, en el Debate sobre el estado de la Nación, ofrecerá todo un catálogo de soluciones, frente al catálogo de de fracasos de Mariano Rajoy. Todo un esperpento absurdo, destinado quizás a la movilización del electorado de izquierda, ante la proximidad de las elecciones al Parlamento Europeo.
No es de extrañar que los secuaces de Zapatero hablen de esta manera. Leire Pajín, y antes José Blanco, no hacen más que seguir el ejemplo que les marca el jefe, el gran timonel del socialismo español. Este es un ejemplo: no hace mucho que, refiriéndose a la herencia que le dejó José María Aznar, afirmó que había sido aceptable. Pero esta herencia, al lado de lo acumulado durante estos cinco años de su gobierno, era muy poca cosa, prácticamente calderilla.
En el PSOE son así y, cuando abren la boca, no se ahorran epítetos a la hora de zaherir a la oposición. Simultáneamente se atribuyen todo tipo de bondades a sus actuaciones. Y si resultan negativas, como es el caso de la disminución de los ingresos estatales por impuestos y de la caída preocupante de la inflación, procuran hacer de ellos una lectura torticera y ver bondades donde no hay más que un hecho alarmante.
Esto es lo que les ha llevado a decir que esa disminución de ingresos era debida a una menor presión fiscal. No quieren admitir que esa menor recaudación se debe a que ha bajado exageradamente la actividad empresarial.
Otro tanto ocurrió con la inflación. Presumían de haber frenado los precios de los artículos atribuyéndose esto como un hecho meritorio. Pero todo el mundo sabe que esa caída de la inflación es un hecho alarmante debido al desplome del consumo. Por culpa de la crisis, disminuyeron fuertemente las ventas, lo que determinó una manifiesta bajada del precio de los artículos.
En el PSOE son incorregibles, y lo de ellos es la propaganda, aunque ésta no tenga nada que ver con la realidad. Saben escenificar lo que sea y vender humo como nadie y el pueblo, demasiado crédulo, no acaba de aprender. Y eso que, a veces, pagan muy caro por dejarse llevar de esa ingenuidad y candidez inexplicables.

José Luis Valladares Fernández

lunes, 11 de mayo de 2009

LA JUSTICIA ESPAÑOLA Y SUS PROBLEMAS

Fue en el año 1985 cuando el PSOE, con el poder de los votos, reformó la Ley Orgánica del Poder Judicial. Y el propio Alfonso Guerra escenificó esa reforma con esta frase: “Montesquieu ha muerto”. Frase que resume gráficamente el cambio que, con dicha ley, se introdujo en nuestro ordenamiento jurídico. A partir de entonces, desaparece la división de poderes articulada por el Barón de Montesquieu, para defender a los nobles del absolutismo ilustrado de Luis XIV.
Desde ese momento, la justicia comienza a tener color, el color del ejecutivo de turno. Le han quitado la venda que tapaba sus ojos. Y ese es el punto de partida del enorme desprestigio de nuestra justicia. La mediatización del Poder Judicial por el Ejecutivo removió, para mal, hasta los cimientos de la Justicia española. Esa mediatización de los jueces por el ejecutivo es, a todas luces, incompatible con una auténtica democracia liberal. Es tal el desprestigio actual de la Justicia, que no hay nadie que confíe en ella. Y en ese nadie van incluidos hasta los propios jueces.
No funciona la Justicia en España, y algunos jueces de la Audiencia Nacional, descuidando sus propios cometidos, quieren impartir justicia en todo el mundo. Quieren convertirse en justicieros universalles. Y esto, a sabiendas de que ninguna de estas personas encausadas va a sentarse en el banquillo. Van buscando ese estrellato absurdo que los descalifica como jueces.
Abrió el camino el juez Garzón, ya que, con sus ansias inexplicables de titulares de prensa, montó aquellos macro-juicios internacionales contra Pinochet y contra los generales de la dictadura argentina. Hoy ya no es solo Baltasar Garzón. Una advertencia del Fiscal General del Estado, y la admonición del Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, parece que motivaron a otros magistrados de la Audiencia Nacional a emular al juez Garzón.
Fue el 16 de abril pasado, en un desayuno informativo de Europa Press, donde Conde Pumpido aseguró que hay que evitar que la Audiencia Nacional se convierta en un juguete con esta universalización indiscriminada de la justicia. Más resolutivo que el Fiscal General estuvo Carlos Divar, que, el 6 de mayo, negó a los a los jueces de la Audiencia Nacional la posibilidad de convertirse en los gendarmes judiciales del mundo. Y alude a una necesaria modificación de la Ley Orgánica del Poder Judicial de julio de 1985 para impedirlo. Concretamente el artículo 65 de dicha Ley. Hasta el propio ministro de Justicia, Francisco Caamaño, aunque se muestra partidario de la jurisdicción universal, pidió a los jueces, en Los Desayunos de TVE, que hagan ejercicio de prudencia y sensatez. Y les indica que esa jurisdicción universal únicamente debe ejercitarse con países no democráticos. En países democráticos, como es el caso de Estados Unidos, se impone el principio de subsidiariedad y esperar a los procedimientos que pongan en marcha esos países
A pesar de avisos tan claros, varios magistrados de La Audiencia Nacional han reactivado su pretensión de intervenir en varios casos foráneos, y que, en alguno de ellos debieran haberse atenido al principio de subsidiariedad, descuidando o retrasando irresponsablemente multitud de procedimientos pendientes, que duermen llenos de polvo en los cajones de sus propios juzgados.
El pasado día 4 el juez Baltasar Garzón comenzó a investigar a los posibles autores materiales, inductores, cooperadores y cómplices de los delitos de torturas cometidos en Guantánamo.
Siguiendo el ejemplo del juez Garzón, el también juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, estudia una querella contra varios asesores de George Bush, entre los que se encuentra Alberto R. González, principal asesor legal de la Casa Blanca hasta que, en 2005, se convirtió en el fiscal general de Estados Unidos. Les acusa de haber preparado todo el andamiaje legal que posibilitó la apertura de la cárcel de Guantánamo en Cuba.
Y, como no hay dos sin tres, ahí tenemos a otro juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, instruyendo una querella, admitida a trámite, contra siete responsables militares israelíes por un bombardeo perpetrado en Gaza el 22 de julio de 2002 y en el que murieron, además de un líder de Hamás, varias personas civiles. Entre esos militares se encuentra el ex ministro Benjamín Ben Eliécer. Este incidente supone una grave alteración de las relaciones exteriores de España, ya que Israel considera que existe una doble moral y rasero cuando aquí hablamos del pueblo israelí. Y están convencidos, como ya indico la Ministra de Asuntos Exteriores Israelí, de que se trata de una decisión política y no judicial.
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz no podía ser menos que los anteriores jueces. De ahí que admitiera a trámite una querella contra tres ministros y otros cinco altos cargos del Gobierno chino por un delito de lesa humanidad durante las revueltas del Tibet. Esta querella señala que, desde el 10 de marzo de 2008, "las autoridades políticas y militares chinas dirigieron un ataque generalizado y sistemático contra la población civil tibetana, causando, al menos, 203 muertos, más de mil lesionados y 5.972 detenidos ilegales”. Se trataría de un crimen contra la humanidad, contra todo un colectivo, el pueblo tibetano, por lo que el juez Pedraz solicita viajar a China para poder interrogar a los responsables.
Da la impresión de que los jueces, en la Audiencia Nacional, tienen muy poco trabajo y se aburren soberanamente. Y huyendo de ese aburrimiento, buscan desesperadamente ese trabajo extra que llene sus ratos de ocio. Hay veces que consideran poco llamativas esas causas foráneas para sus aspiraciones y se dedican a hurgar en el pasado régimen franquista en busca de algo raro que aún no haya sido investigado. Este es el caso del juez Moreno.
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno estaba llevando ya una investigación contra antiguos miembros de las SS hitlerianas, que residen en Estados Unidos, por su implicación en el Holocausto nazi. Se trata de cuatro ex oficiales que desarrollaron su labor como guardias armados en los campos de concentración y que lograron instalarse en Estados Unidos al finalizar la II Guerra Mundial. El juez Moreno, aprovechando una querella presentada por un superviviente español del Holocausto, acumula a la causa anterior otra, un tanto sorprendente, contra el régimen franquista. Acusa a Franco, y al resto de las autoridades españolas de aquella época, de haberse inhibido ante las prácticas genocidas nazis contra ciudadanos españoles que habían huido a Francia tras nuestra Guerra Civil.
Si los jueces de la Audiencia Nacional se aburren, tienen aún un inmenso campo judicial por delante. Ahí tienen a Vladimir Putin, a Hugo Chávez y, sobre todo a los Hermanos Castro que, en cuanto a genocidas actuales, pocos les igualarán. Y si esto es poco y quieren casos más nuestros, no necesitan acudir a personajes difuntos contra los que no pueden hacer nada. De esa misma época, pueden iniciar actuaciones contra alguien que aún vive y que tiene mucha responsabilidad por lo ocurrido en Paracuellos de Jarama y otros lugares por el estilo.

José Luis Valladares Fernández

jueves, 7 de mayo de 2009

LAS MENTIRAS DEL SOCIALISMO

El socialismo actual, para sobrevivir, tiene que echar mano del único recurso que le queda, la mentira política. En realidad siempre fue así. La afirmación de que el socialismo es el auténtico partido de los trabajadores, es la primera y más monumental de sus mentiras. Según los socialistas, son ellos y nadie más, los únicos defensores desinteresados de los derechos sociales del trabajador. El bienestar social de la clase trabajadora depende exclusivamente de los partidos socialistas, en nuestro caso, del Partido Socialista Obrero Español.
El paso de los años no ha sido capaz de eliminar tan mayúscula falsedad. El primer gran embustero político del siglo XX lo tenemos en V. I. Uliánov, más conocido por el nombre de Lenin. La mala gestión del zar Nicolás II, y la Primera Guerra Mundial, generaron en el pueblo llano de Rusia, sumido milenariamente en la pobreza, un enorme descontento y un intenso espíritu revolucionario, desconocido hasta entonces. Este estado de cosas se agravó de tal manera, que se llegó a la destitución del Zar y a la formación de un Gobierno provisional.
Aquí es cuando entra en escena Lenin con su ansia de poder. Hombre inteligente, y con
unas dotes considerables para la intriga, supo aprovechar el momento preciso para apoderarse de la voluntad de los trabajadores. Utilizo las enseñanzas de Marx y de Engels como coartada para ilusionar a las masas trabajadoras.
Así es como, con el apoyo obrero y la inestimable acción organizadora de León Trotsky, que encabezaba el Comité Militar Revolucionario, pone en marcha la llamada Revolución de Octubre. Con este golpe de estado contra la Duma, aparta del poder al presidente Kerenski e instaura el primer estado obrero de la historia, naciendo de este modo las denominadas Repúblicas Populares.
Utilizaron cínicamente a las clases trabajadoras con el señuelo de establecer un gobierno de los obreros y del pueblo. En realidad, el poder efectivo de los trabajadores sobre los medios de producción era toda una filfa. Claramente se trataba de una descarada esclavitud que bautizaron con el llamativo nombre de Dictadura del Proletariado. Era un pequeño grupo o clan, formado por revolucionarios profesionales, y dirigido directamente por Lenin, el que de verdad gobernaba, y con verdadera mano de hierro por cierto.
Conseguido el poder, y con todos los medios coercitivos al alcance de la mano de los dirigentes, ya no se molestan en dorar la píldora con propagandas hueras. Recurren directamente a la violencia y al terror más extremo para lograr la obediencia ciega de las masas populares, y así ejercer de un modo omnímodo el poder recientemente conquistado.
Cuando Stalin accede al poder, tras la muerte de Lenin, continua con la rechifla del gobierno del pueblo, pero perfecciona los mecanismos de represión y pone en marcha el famoso Komintern para proteger e incrementar su poder absoluto dentro de la Unión Soviética. Este estado de cosas se mantendría, fuera quien fuera la cabeza visible de ese absurdo poder, hasta la caída del muro de Berlín y la descomposición final de todo el entramado comunista soviético.
Se trataba de un socialismo real que, en la actualidad ha perdido vigencia. En nuestro tiempo se valora mucho más la libertad individual. El hombre, como tal, solo se realiza si consigue ser realmente libre y si, a la vez, se siente responsable de sus propios actos. Esto es lo que ha hecho inviable a ese socialismo real, que ha acreditado de manera irrefutable su carácter dictatorial y ruinoso. Para ser atractivo y ganar adeptos en la nueva sociedad se imponía un socialismo con un rostro más humano y mucho más agradable.
En busca de esa nueva cara, el socialismo real ha tenido que mutar, como los virus, dejando de ser un partido de clase y priorizar, de cara a la galería, los diversos mecanismos de propaganda en detrimento de los estrictamente ideológicos. Es por esto que quedan muy pocos enclaves irredentos, donde aún perdura, desgraciadamente, ese poder absoluto sobre vidas y haciendas, como es el caso de Cuba.
El socialismo en la actualidad se ve obligado a realizar una propaganda más sibilina y a realizar una crítica profunda a la experiencia traumática del fracasado socialismo soviético. De lo contrario le faltarían los necesarios apoyos que precisa para tener una proyección aceptable en la vida política actual. Es distinta la cara y los métodos utilizados para captar voluntades. Pero los fines no han variado en absoluto. Necesitan a toda costa para lograr sus designios, como antaño el socialismo real, el dominio absoluto de las conciencias del mayor número de adeptos posible. Necesita todo un rebaño de obedientes seguidores a los que miman con falacias difíciles de digerir.
Una vez compradas las voluntades ajenas, y para que no huyan del redil, los responsables socialistas dan paso a la propaganda capciosa, mintiendo sin el más mínimo rubor. Ahí están para atestiguarlo las expresiones demagógicas de Zapatero que pronunció el 29 de abril ante la Asamblea Plenaria del Consejo de Europa. Allí Zapatero afirmo que hay que salir de esta crisis fortaleciendo la protección social y extendiendo los derechos sociales. Y añadió sin rubor alguno que no aceptará ningún discurso que pretenda reducir los derechos de los trabajadores y los derechos sociales. Se siente, indicó, muy cerca de los trabajadores, a los que garantizó que hará todo lo que pueda para que en el futuro no sean ellos, como casi siempre, los que sufran.
Es la cantinela de siempre que se repite una y otra vez hasta con el mismo soniquete: el socialismo es el único defensor de los trabajadores, el que lucha sin descanso contra todo tipo de explotación laboral y el que mantiene y mejora el bienestar social de los mismos. La realidad es muy distinta. Al socialismo le importan un bledo los asalariados fijos, y mucho menos aún los asalariados eventuales. Y no digamos nada de los autónomos, que tratan de ganarse la vida por sí mismos. De unos y otros no buscan más que la obediencia ciega y la fidelidad absoluta, para servirse de ellos como simple escabel.
A esta propaganda falaz, añaden, a veces, otros argumentos mucho más contundentes. Acuden sin rubor a subvencionar a ciertos sectores de la sociedad que pueden tener la tentación de pensar por si mismos y que, a la vez, son proclives a vivir del cuento y del dinero ajeno, como son los sindicatos y el gremio de los titiriteros y adheridos. Aquí en España, se han inventado también el PER que tan magnífico resultado les ha dado para la compra y el mantenimiento de gran número de votos.
El socialismo, más que el partido de los trabajadores, es un partido que los empobrece. Se puede demostrar empíricamente que, allí donde tiene responsabilidades de gobierno, no hace otra cosa que generar pobreza. Los datos históricos, que son tremendamente tozudos, lo demuestran ampliamente. Es más bien el partido de los pobres, porque necesita de ellos para subsistir. El socialismo, sin un amplio número de pobres, sería una realidad anacrónica y terminaría por desaparecer definitivamente. Si no hubiera pobres, los crearía y, después, los cultivaría con todo mimo, siguiendo el ejemplo del peronismo. Y Zapatero se lleva la palma en eso de crear pobres. Las enormes colas ante los comedores sociales y ante las oficinas del INEM dan buena muestra de ello.
Y el Gobierno del PSOE da muestras evidentes de poner todo el interés del mundo en esa creación acelerada de pobres, con su peculiar manera de gastar el dinero público. Saben de sobra que el pobre es más fiable que el rico y mucho más fácil de convencer. Las limitaciones económicas que padece le hacen más dócil, ya que su desgracia le inhabilita para pensar y decidir por sí mismo. Para pensar y decidir por los pobres, ya están los socialistas que para eso, hoy día, son ellos los ricos y los representantes natos de la progresía más rancia.

José Luis Valladares Fernández

martes, 5 de mayo de 2009

LA VORACIDAD DESVERGONZADA DE LA SGAE

El niño Juanma, que padece el síndrome de Alexander

Hoy ha saltado a los medios de comunicación una noticia sorprendente por su contenido. La SGAE cobró el pasado día 25 de abril el 10% de lo recaudado en un concierto benéfico para intentar salvar la vida a un niño de 5 años que padece el síndrome de Alexander.
El concierto estuvo a cargo de David Bisbal que actuó completamente gratis. Hasta el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar cedió gratuitamente sus instalaciones. Vendido todo el aforo en un solo día, se recauda la bonita cifra de 50.000 euros. Hasta aquí todo muy bonito y normal. Pero, para aguar la fiesta y acabar angustiando a unos padres, tremendamente atribulados por que apenas les queda tiempo para salvar la vida de su hijo, llega la SGAE para poner el cazo y llevarse un dinero tan necesario para la investigación de esa enfermedad.
Ya el día 16 de abril, el delegado de la SGAE de Almería, obligó a la madre a firmar un documento, donde, además del 10% de lo recaudado, le arrancó también unas lágrimas muy amargas. Es más, el Delegado de la SGAE llegó hasta el extremo desvergonzado de exigir a la pobre madre, una señal o adelanto para que el concierto fuera viable. Con el agravante de que al delegado de la SGAE le urgía hacer caja, hasta tal punto, que no pudo esperar a que madre e hijo estuvieran en casa. Acudió a la clínica, donde Juanma estaba siendo sometido a unos ejercicios de rehabilitación, para apremiar a la madre a que firmara el compromiso de abonar ese 10% sobre lo recaudado en taquilla. La SGAE justifica el cobro de esos 5.000 euros apelando a la Ley de Propiedad Intelectual y que se ha limitado a cumplir con su obligación.
La Ley de Propiedad Intelectual dirá lo que quiera. Pero respetando al máximo los justificados Derechos de Autor, ese cobro repugna a la conciencia de cualquier ser humano. Es algo injustificable si atendemos al más elemental sentido común.
La SGAE, consciente de la mala fama que se ha ganado a pulso, y ante las reacciones adversas a su postura, adoptada por los medios que se hicieron eco de tan sorprendente noticia, ha reflexionado y, por fin, ha decido devolver ese importe ligeramente aumentado. Con esta reacción, llevada a cabo muy a su pesar, la SGAE parchea en parte su deleznable acción anterior. Se rehabilita estéticamente, aunque la mancha moral y ética es muy difícil de borrar, y reincidirá, ya lo veremos, en la próxima oportunidad que tenga. Su desvergonzado afán recaudatorio ha marcado indeleblemente a esta organización de por vida, y no son capaces de abandonar ese desmesurado ánimo de lucro.

José Luis Valladares Fernández

domingo, 3 de mayo de 2009

MANIFESTACIÓN SINDICAL 1º DE MAYO

La manifestación de este primero de mayo en Madrid, encabezada al alimón por los líderes de UGT y CCOO, seguro que ha sido la más atípica de la historia desde que se instituyó esa fecha como Día Internacional de los Trabajadores en el lejano 14 de julio de 1889. Más o menos, hasta este primero de Mayo, además de recordar a los cinco huelguistas muertos en Chicago en Mayo de 1886, se utilizaba esta manifestación para exigir mejoras salariales y laborales.
En los discursos finales del acto, tanto de Cándido Méndez como de Ignacio Fernández Toxo, queda bien claro que estas dos sindicales mayoritarias han perdido el norte. Con la que está cayendo, es inconcebible que aplaudan a un Gobierno que ha batido todos los records de paro, que en vez de aportar soluciones, ha cerrado los ojos y ha emprendido una huída hacia delante incomprensible. Candido Méndez aplaude desvergonzadamente al Gobierno y culpa de la situación a Esperanza Aguirre y a los empresarios. Fernández Toxo, además de insistir en la culpabilidad de Aguirre y la patronal, agrega a la lista de los culpables a Telemadrid, a la derecha y, como no, al neoliberalismo.
Para el líder de UGT, la actual crisis se soluciona aumentando la presión fiscal, con más deuda pública y aumentando los créditos familiares y empresariales. Al líder de CCOO, a parte de amenazar con la huelga si se inicia una reforma laboral que no cuente con el beneplácito de los sindicatos, más que los más de 4 millones de parados, le preocupan los palestinos y los saharauis. Y pide que el derecho de autodeterminación de los pueblos del Sáhara, y de Palestina pasen este primero de mayo al primer plano de las preocupaciones de nuestra sociedad. Uno y otro, faltaría menos, critícan al unísono al Banco de España y a la Comisión Europea por atreverse a cantar los problemas de nuestra economía.
Lo que queda fuera de toda duda es que, tanto Méndez como Fernández Toxo, dan muestras evidentes de una voracidad desmesurada. No se conforman con las subvenciones millonarias que cobran a cuenta nuestra, ni con la enorme cantidad de liberados que viven y vegetan a costa del sudor del de enfrente. Quieren aún más, a costa de lo que sea.
Habrá que recordarles que la medida más lógica no es el aumento de los impuestos. Más bien, todo lo contrario. Más impuestos, significa menos dinero para gastar. Y el gastar es tan importante o más que el invertir. Si no hay consumo caemos de lleno en el pozo de la deflación y la depresión más absoluta. Si no hay dinero, la gente no consume, los empresarios no contratan y, en consecuencia, los bancos no podrán conceder préstamos. El endeudamiento público tampoco es solución, ya que la deuda hay que pagarla y conlleva la generación de unos intereses elevados, difíciles de soportar. Y esto terminaría por hipotecar nuestro futuro de un modo definitivo.
Tanto Cándido Méndez como Ignacio Fernández Toxo piden al presidente del Gobierno que aproveche el debate por el estado de la nación para dar muestras inequívocas de que no habrá lugar para la reforma laboral que muchos estiman necesaria. Debieran pararse a pensar que es sintomático que coincidan en señalar la necesidad de esa reforma el Fondo Monetario Internacional, el Banco de España, la Comisión Europea y la patronal de empresarios. Es absurdo pensar que la culpable de todo es la patronal, a la que acusan de querer sacar tajada y hacer negocio con la crisis económica.
Hay un dato empírico evidente. Tenemos más de 4 millones de parados y con expectativas ciertas de seguir aumentando sin control. De cada diez parados que se producen en Europa, ocho y pico proceden de España. Y me imagino que los trabajadores se comportan aquí en España como en toda tierra de garbanzos. Tienen las mismas apetencias y las mismas necesidades vitales. Los empresarios de nuestro entorno, tampoco creo sean muy diferentes a los españoles. El empresario aspira a ganar dinero y, para eso, invierte su dinero y contrata la gente necesaria para que la empresa funcione. Lo único atípico que encontramos y que se diferencia claramente de lo que hay en el resto de Europa, es el Gobierno y los sindicatos mayoritarios. Quizás sea esto lo que explique el hecho cierto de que somos los campeones del paro europeo y, además, sin competencia posible.
Ya esta bien de milongas sindicaleras. Ni los sindicatos se dejan las uñas en defensa de los derechos de los trabajadores, ni se ocupan para nada de los parados. Estos les importan un bledo. Los sindicatos españoles contribuyen como nadie a la destrucción de la prosperidad que genera el libre mercado. Se atribuyen descaradamente funciones que no les competen, ya que carecen de la más elemental representatividad.
Se trata evidentemente de organizaciones parasitarias que viven del cuento y del erario público. Las empresas que controlan salen siempre malparadas, ya que su objetivo básico son los puestos de liberados y los altos salarios por trabajos cada vez menos productivos. De su manera de proceder se desprende, si hemos de ser claros, la disminución evidente de la producción. Paralelamente nos encontraremos con un aumento desmesurado del consumo, lo que da lugar a la descapitalización de las empresas. Y en las empresas descapitalizadas, no hay ni trabajadores, ni derechos del trabajador que valga.
Si tienen razón los de la USO que afirman, con rotunda claridad, que existen sobrados motivos para movilizarse, ya que se trata de una emergencia nacional. Eso de huir del capitalismo, no abaratar el despido, incrementar el gasto y la deuda pública lleva al abismo a nuestra economía, a pesar de la proclama ideológica de Zapatero que afirma que la salida de la crisis será social o no será. A Zapatero y a los responsables de la UGT y CCOO les debe sonar a chino la afirmación de que es el aumento desmesurado de la deuda pública lo que lleva a los bancos a no poder prestar dinero a las empresas y que el aumento de los salarios, así como el coste elevado de los despidos, condenan a muchos trabajadores al inevitable ostracismo laboral.
Sabemos que Zapatero, por obcecación o lo que sea, no va a realizar nunca esa reforma laboral, tan necesaria para iniciar nuestro despegue económico. Y si esto es ya muy grave de por si, es más grave aún que sean precisamente los propios sindicatos los que defiendan, contra viento y marea, toda esa cantidad de privilegios que han ido acumulando a lo largo de la historia y que tanto daño han causado a la clase trabajadora.
Y si falla el mundo del trabajo, no tardará en encenderse la alarma de las pensiones. Hasta ahora la Seguridad Social tenía el respaldo del superávit pasado. Pero, en las circunstancias actuales, si ese superávit se acaba, peligrarán las pensiones y se pondrá en juego hasta la calidad del propio sistema social.

José Luis Valladares Fernández