miércoles, 27 de enero de 2010

EL CORRALITO ARGENTINO A LA VISTA


Los españoles lo tenemos muy claro. Vamos a recibir de Zapatero, si Dios no lo remedia, un terrible legado: la reedición, aquí en España, del corralito argentino. Gracias a la ineptitud demostrada por el jefe del Ejecutivo, la crisis económica se ha convertido ya en una brutal recesión. Ni el Gobierno, ni su presidente, desbordados ya por los acontecimientos, son capaces de reaccionar con medidas adecuadas que minimicen nuestros problemas económicos. Noqueados por la recesión, piensan que la única salida a tan preocupante situación, está en el aumento del gasto público. Y esto se traduce en un aumento espectacular de la deuda pública española, agravando así nuestra situación económica.
Como no cambien de receta, nuestra actual recesión terminará por convertirse en una catastrófica depresión. Y los pensionistas y jubilados serán los que más pierdan en tales circunstanciasl. Por si fuera poco complicada la situación que atravesamos, Zapatero hipoteca aún más el futuro de quien vive de una pensión. Como siempre hay un ‘más difícil todavía’, nuestro Gobierno, acuciado por la falta de dinero, invierte gran parte del fondo de reserva de las pensiones en deuda pública española. Y no se trata precisamente de una cantidad baladí; la cantidad invertida es superior al 50% de dichos fondos. Inversión extremadamente arriesgada, ya que nuestra deuda pública hoy día es poco atrayente para los inversores foráneos. No en vano la agencia de calificación más importante, S&P, ha dudado de nuestra solvencia y rebajó nuestra calificación.

El Ejecutivo, para no levantar sospechas, acude al maniqueísmo y a la demagogia y nos indica que ha optado por invertir ese fondo en deuda pública española, por que es mucho más rentable que la alemana o francesa. Y la realidad es otra, no hay manera de colocar esa deuda en los circuitos financieros exteriores, ya que estos inversores temen la quiebra del Estado español. Como todo el dinero es poco para un Gobierno tan manirroto, la urgencia de disponer de fondos les ha llevado a hacer tan arriesgada inversión. De seguir así las cosas, es evidente el riesgo de que, en fecha no muy lejana, se agote ese fondo de reserva de las pensiones, resultando imposible la percepción de las mismas.
El Gobierno de España está calcando los pasos del peronismo Argentino: emisión de deuda pública sin control, un paro astronómico, impuestos asfixiantes y demasiado optimismo al hablar de la recuperación económica. Y, como no, la misma dosis de populismo que no hace otra cosa que agravar nuestras perspectivas. Si, como es de suponer, la mayoría de los países de la Unión Europea abandonan la recesión, el Banco Central Europeo elevará inevitablemente la subida de los tipos de interés. En tal caso, a España se le caerán todos los palos del sombrajo y comenzará nuestro calvario particular con la temida argentinización.El panorama económico que tenemos por delante es cada día más aterrador. España está tremendamente acosada por las condiciones de los mercados y no hay manera de que nuestro Gobierno reaccione adecuadamente. Todo son frases bonitas: economía sostenible, cambio de modelo económico. Pero todas ellas están vacías de contenido y para revertir nuestro rumbo económico, tienen menos valor que los parches de sor Virginia o el remedio popular de una simple cataplasma de cebolla.
Al comenzar la crisis, la situación económica española era bastante aceptable. En términos de producto interior bruto (PIB), según datos de Eurostat, superábamos en 6 puntos la media de la Unión Europea, por delante de Italia por supuesto y estábamos solamente a 3 puntos de Francia. Tomando como referencia la renta per cápita de la Unión Europea de los 27, que es del 100 por 100, la renta en España pasó del 104,6% en 2006 al 105,0% en 2007. Dada la incompetencia de Zapatero, a la que hay que unir una buena dosis de incuria, el desplome de nuestra renta se inicia en 2008, situándose ese año en el 102,6%. La ceguera o intereses inconfesables del inquilino de la Moncloa le impedían reconocer la inminente recesión que nos amenazaba. Así, en enero de ese mismo año, y sin ponerse colorado, se atreve a confesar que la crisis “es una falacia. Puro catastrofismo”.
Como desde el Ejecutivo no se hizo nada para impedirlo, llegó la catástrofe en forma de recesión. Así, en 2009, nuestra renta per cápita cae por debajo de la media europea y se sitúa en un preocupante 99,4%. Y no olvidemos que en los últimos años se han incorporado países a la Unión Europea con una capacidad económica mucho menor que la nuestra, lo que agrava nuestra situación. Y las perspectivas que nos ofrece Eurostat para España, son francamente preocupantes. En vez de alcanzar a Francia, como auguraba Zapatero, nos superará Italia. La oficina estadística europea prevé un PIB per cápita para España del 97,4% en este año y del 96,3% en 2011. Mientras que para Italia estima un 98,4% y un 98,0% respectivamente para los ejercicios señalados.
Este hundimiento de la economía, supone una pérdida notable de poder adquisitivo de las familias españolas. Somos, sin discusión, el país de Europa que cuenta con mayor número de pobres, más de 10 millones y aumentando. Es evidente que el socialismo, y más si es de corte populista, produce paro, miseria y pobreza. Son quizás los únicos principios a los que es fiel José Luis Rodríguez Zapatero.
Con todas estas premisas ¿Quién nos puede librar del corralito argentino?

Gijón 26 de enero de 2010

José Luis Valladares Fernández

lunes, 25 de enero de 2010

EL CALENDARIO ATÍPICO DE LOGROÑO

Pregunta don Quijote al bachiller Sansón Carrasco, si la primera parte del libro que de él trata tuvo éxito y si gustaron sus aventuras. El bachiller Carrasco contesta con una supuesta paremia del Eclesiastés 1,15, sacada de la Biblia Vulgata: como “stultorum infinitus est numerus”, infinitos son los que han gustado de tal historia. Aunque el libro sagrado del Antiguo Testamento dice otra cosa, la mala traducción al latín de la Vulgata tiene razón, pues el número de los tontos es infinito. Que se lo digan si no a los ciudadanos sensatos de Logroño.
El hecho se enmarca en la elaboración de un calendario por parte del Consistorio de la capital riojana. Se trata de un calendario ‘plural’, un tanto extraño, del que han desaparecido varias fiestas religiosas tradicionales. Este calendario, defendido con ardor por el regidor municipal, el socialista Tomás Santos, ha generado en Logroño una gran polémica. Se trata, ha dicho, de integrar todas las celebraciones y “días señalados” de los diversos colectivos de la ciudad.
Semejante engendro comenzó su andadura en el Monte Cantabria, a donde fueron convocados los ciudadanos de Logroño por el Ayuntamiento de la ciudad para realizar las fotos del calendario oficial. Dicho calendario lleva un titulo muy sugerente: “Logroño 2010, capital de las personas”. Hay que reconocer que el reportaje fotográfico, insertado en el mismo, es bastante aceptable. No obstante, respecto a los distintos días de los meses, deja bastante que desear la información que aparece en las 25.000 copias de pared y las 5.000 de mesa.
Es cierto que el alcalde de la ciudad afirma que no ha habido segundas intenciones al elaborar este calendario, que simplemente ha habido algunos olvidos o despistes involuntarios. Esto, prometió, se subsanará en los años venideros. Pero es difícil de creer que, en este calendario, aparezca el santoral sin apenas santos, sin que entre de por medio cierta dosis de mala fe. La ausencia de referencias escritas en las distintas fiestas religiosas, aunque aparezca el día coloreado, no deja lugar a pensar mejor.
En enero, nos encontramos que no hay referencia alguna a la Epifanía, ni Reyes Magos, aunque el día aparezca coloreado. La cabalgata de reyes, eso sí, se celebra por todo lo alto, pero atendiendo solamente a su aspecto puramente folclórico y profano. Sí aparece, sin embargo, la festividad de San Francisco de Sales, pero más que como concesión al santo, es una deferencia con la asociación de la prensa que le tiene por patrono.
Las reseñas sobre las efemérides de febrero son muy llamativas. San Blas, que se celebra el día 3, no aparece por ningún sitio. En ese día, escuetamente se nos dice: “Bendición de las rosquillas de San Blas”. No hay referencia alguna al Miércoles de Ceniza del día 17 que, aunque no es festivo, tiene cierta relevancia religiosa. ¡Ah!, pero si nos recuerda que el 24 de este mes se celebra “El Maulid”, o fiesta del nacimiento del profeta Mahoma.
En agosto, y por deferencia a la colonia pakistaní de Logroño, resaltan la “independencia de Pakistán”, dando a este hecho el mismo rango que a la festividad de La Asunción. También se acuerdan del “Día de Colombia” y, como no, de “La Virgen del Cisne” que se venera en Ecuador.
En este calendario institucional, se señala que el 21 de septiembre es San Mateo, pero no aclara, como sería lo lógico, que se trata del patrón de Logroño. Lo que si está claro es que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento, no tiene en mente festejar ese día a San Mateo. Si los ciudadanos de Logroño no lo impiden, oficialmente se celebrarán las "Fiestas de la Vendimia y la Semana Gastronómica”. Para que los fieles musulmanes no se quejen, se les compensa por la promoción del vino, reseñando el 9 de septiembre la fiesta de “Id al Fitra, Final del Ramadán”.
Ni la Virgen del Pilar, ni la Hispanidad, han encontrado hueco en ese calendario editado por el consistorio socialista. Al fino olfato de la progresía de Logroño se le puede olvidar incluir alguna que otra fiesta cristiana, pero sería imperdonable que no recordaran las que celebran los musulmanes. Así, el 17 de noviembre, no podía faltar la festividad de “Id al adha, fiesta del cordero”. En noviembre se anuncia también un encuentro de las asociaciones del Consejo de la Juventud de Logroño. A este encuentro le dan el sugestivo nombre de “Si buscas, encuentras”.
El 8 de diciembre, al igual que del Pilar, los próceres del Cabildo Municipal se olvidan de la fiesta de La Inmaculada. Por lo que parece, esta festividad la celebra únicamente el Colegio de Farmacéuticos y no tienen nada que ver los demás cristianos. Por eso recuerdan, negro sobre blanco, que “el colegio de Farmacéuticos celebra la Inmaculada”. Sería pecado si el mismo mes de diciembre no se señalara el día de la lotería de Navidad. Se acuerdan también de la fiesta del día 28, la que señalan con un monigote blanco, pero, eso sí, sin hacer referencia alguna a los Santos Inocentes.
Este calendario nos certifica fehacientemente que el sectarismo del PSOE no tiene límites. Ya en estas Navidades pasadas, en muchas de las ciudades españolas, los afiliados de este partido, en vez de la tradicional Cena de Navidad, se reunieron para celebrar otra cena, la Cena del Solsticio de Invierno. Es evidente que traen a colación varias fiestas musulmanas, no tanto por deferencia a los seguidores de Mahoma, que por supuesto no les importan un pito, como por molestar a la Iglesia Católica. Piensan que es más efectivo un ataque indirecto y disimulado que una envestida directa a las creencias cristianas. Es una actuación que forma parte de una especie de ingeniería social, montada intencionadamente para descristianizar a España.
Quizás el ser fieles a la ‘Alianza de Civilizaciones’ les exija acentuar ese multiculturalismo un tanto atípico. Ni que buscaran con ambas religiones, la cristiana y la musulmana, dar paso a un nuevo sincretismo religioso-filosófico. Si quieren copiar, tienen ya un ejemplo histórico en el legendario Ptolomeo I, rey de Egipto, que de dos dioses, uno griego y otro egipcio, hizo una sola deidad sincrética, el dios Serapis y lo declaró patrón de Alejandría y dios oficial de Egipto y de Grecia. Esa es la fórmula que usó Ptolomeo I para vincular culturalmente a ambos pueblos. Esto, que ocurrió casi 300 años antes de Cristo, no se si llegaría a buen puerto en pleno siglo XXI.


Gijón 24 de enero de 2010

José Luis Valladares Fernández

martes, 19 de enero de 2010

ZAPATERO Y SUS ERRORES

Con buena dosis de humor, Charles Chaplin, el celebrado protagonista de aquellas famosas películas de cine mudo, decía muy ufano: “Me gustan mis errores, y no quiero renunciar a la libertad deliciosa de equivocarme”. Y parece ser que José Luis Rodríguez Zapatero, por el modo reiterado de comportarse, sigue esa misma pauta, eligiendo el error como norma voluntaria y perenne de su actuación. Lo ha venido practicando reiteradamente al frente del Ejecutivo español y, según todos los indicios, pretende adoptar esa misma postura en la presidencia de turno de la Unión Europea. Se trata evidentemente de errores de bulto, que se repiten una y otra vez y, encima, da la sensación de que se regodea en ellos.
Abundan los errores de Zapatero, cometidos al frente del Ejecutivo español, muchos de ellos muy graves, que nos han llevado a la complicada situación económica actual. Zapatero se ha negado, durante este largo periodo de crisis, a adoptar las medidas estructurales que, al menos, hubieran mitigado nuestros problemas. Se ha empecinado en soluciones menores, tremendamente populistas, pero sin valor alguno para revertir la mala realidad que nos aqueja.
Somos los campeones europeos del paro, aventajamos en deuda pública a los demás países de la eurozona y somos líderes en recesión. Si ponemos números a estas afirmaciones, nos encontramos, a pesar de los camuflajes del Ministerio de Trabajo, con un 20% de paro. Si atendemos exclusivamente al paro juvenil, el dato es aún más escandaloso. Nada menos que un 43% de los jóvenes, entre los 16 y 24 años, figuran ya en las listas del paro, cuando en 2007 no sobrepasaban el 17,50%. En realidad, son más de 5 millones de personas los que han perdido su puesto de trabajo, de los que, unos 2 millones, no reciben ya prestación alguna. Son ya muchos los ciudadanos que, para seguir viviendo, tienen que acudir diariamente a los comedores sociales de la Iglesia.
Gastamos más de un 73% de lo que ingresamos, con lo que nuestro endeudamiento es ya multimillonario. Nuestro déficit público, al finalizar 2009, estaba ya en un preocupante 12% del PIB. Y lo peor de todo es que no hay ‘brotes verdes’, ni motivo alguno que nos permita aventurar un final cercano de la recesión económica.
Con este bagaje tan negativo, conocido sobradamente por toda Europa, Zapatero se apresta a liderar la recuperación económica de la Unión Europea. Como carece del más elemental pudor, no reconoce sus manifiestas limitaciones y le parece muy mal que, en España, se dude de su capacidad para salir airoso en esa presidencia de turno europea. De ahí que, para curarse en salud, y ante las reticencias de una periodista, manifieste su enfado y proclame que “España está a punto de salir de la crisis, si no lo ha hecho ya”. Sabe que es mentira, pero cree que así disipa las dudas sobre su capacidad. Y lo dice bien alto para que se enteren el presidente permanente del propio Consejo, Herman Van Rompuy y el de la Comisión Europea, Durao Barroso.
Su afán por obviar la cruda realidad de la crisis española y las manifiestas advertencias de toda Europa, le lleva a provocar toda una inconcebible espiral de problemas absurdos. A parte del problema de su propia credibilidad y de la pésima imagen internacional que nos hace dar a los españoles, reúne en la Moncloa a los campeones mundiales del paro, Felipe González, Jacques Delors y Pedro Solbes, y trata de dejar en segundo lugar a Van Rompuy. Esta cumbre de sabios, suscita la prevención de Van Rompuy y para demostrar quién es el que manda y el que marca los tiempos, convoca la reunión del 11 de Febrero sin consultar previamente con Zapatero.
Es posible que Zapatero piense que, desde el escaparate de la Unión Europea, podrá borrar fácilmente esa mala imagen que se ha labrado a pulso aquí, en España. Y para eso, nada mejor que apropiarse del liderazgo económico de la Unión Europea. De ahí que, nada más recibir el testigo de tan ansiado cargo, abrió paso a los fastos y a las celebraciones más absurdas. Nadie hasta ahora, de cuantos se han hecho cargo de la Presidencia Europea, había magnificado tan absurdamente el ceremonial de la toma de posesión. Fue tal el despropósito, que se llevó la propaganda hasta los estadios de futbol. Hubo hasta saque de honor en el partido que enfrentaba al Real Madrid y El Mallorca, que se encargó de realizar Diego López Garrido, secretario de Estado para la Unión Europea. Tuvo que aguantar estoicamente, eso sí, las inclemencias atmosféricas y el sonoro abucheo del respetable.
Es evidente que Zapatero es muy amigo de meterse donde no le llaman, creando así problemas donde no los hay. No ha hecho otra cosa desde que llegó a la Moncloa. De ahí su empeño por ser el principal responsable del Consejo europeo y, además, que se atreva a proclamar, con su habitual grandilocuencia vacua, que en estos seis meses va a poner firme a la crisis y que terminará definitivamente con el paro en la eurozona. Y todo, como ha hecho aquí en España, a base de ocurrentes simplezas. Dice que, tras la aprobación del Tratado de Lisboa, se abre “un nuevo tiempo de la Unión Europea que representa una nueva energía”. Y anuncia solemnemente que su “principal afán es la unidad económica europea”. Para lograr estas metas, pide el apoyo de Van Rompuy y de Barroso, pues “si nos unimos más conseguiremos más cosas para la prosperidad de nuestros ciudadanos”. “Con voluntad de unión -dice- podemos conseguir seis meses de avances”.
Olvidándose del lamentable estado de nuestra economía, Zapatero proyecta una serie de objetivos económicos vinculantes para toda la Unión Europea y que estarán vigentes durante la próxima década. El país que no alcance esos objetivos, será sancionado privándole de fondos comunitarios. Por el contrario, para los que alcancen esas metas, habrá que fijar algún tipo de incentivo como premio. Para este plan, como es su costumbre, busca un nombre rimbombante y lo denomina “Estrategia 2020”.
Después de seis años al frente del Gobierno de España, en Europa conocen muy bien la vida, obra y milagros de Zapatero. Por eso se han aprestado a bajarle los humos, aunque él aún no ha querido enterarse. Pues saben perfectamente que Zapatero, de manera irresponsable, está hipotecando el futuro de una generación de españoles, llegando incluso a convertir en marginales a muchos de ellos. La prensa europea ha hecho una perfecta radiografía del jefe del Ejecutivo español, poniendo de relieve todas sus limitaciones, que son muchas, como evidencia a diario con su comportamiento. En la prensa europea se ridiculiza la intención de Zapatero de liderar a la Unión con la torpe pretensión de encauzarla hacia la salida de la crisis. Dicen que es toda una burla, que pretenda asesorar a Europa para abandonar la recesión, cuando ha hundido a España en la mayor crisis de su historia.
Donde han tratado a Rodríguez Zapatero con mayor dureza es en Alemania, ya que le han calado y saben que su propuesta está más cerca de la impostura que de la realidad. La misma Ángela Merkel ha rechazado de plano la estrategia económica diseñada por Zapatero. “Primero se debe plantear la fórmula de crecimiento, basado en unos objetivos realistas, antes de pasar al capítulo de sanciones” aclaró Christoph Steegman, portavoz del Gobierno alemán.
No creo que todos estos contratiempos con que se ha encontrado Zapatero, por meterse donde no le llaman, le abran los ojos y deje de presentar pelea por un protagonismo en Europa que no le pertenece. Eso le corresponde a Van Rompuy, que es el presidente permanente de la Unión Europea. Van Rompuy ya ha dejado bien claro que no le agrada el triunfalismo de Zapatero cuando habla de economía, siendo así que, más de la mitad del paro comunitario, corresponde a España.
Dada la ejecutoria de Zapatero en España, debiera plegar velas, pues para que escuchen sus consejos, debe tener primero algo creíble que decir. En las circunstancias actuales, en contra de la afirmación de Diego López Garrido, es imposible que España marque “las líneas de futuro de la UE en la próxima década”. Zapatero, naturalmente, lo va a intentar, incidiendo así en sus errores habituales desde que tiene responsabilidades de Gobierno en España. No sabe aprender de los fallos pasados y los repite una y otra vez. Y eso es lo malo, pues como dijo Cicerón, “Errare humanum est, sed in errore perseverare stultitia”, que es tanto como decir: todos los hombres cometen errores, pero solamente los necios perseveran en él.

Gijón, 18 de enero de 2010

José Luis Valladares Fernández

jueves, 14 de enero de 2010

ASÍ SON LAS MINISTRAS DE CUOTA

Las actuaciones de la ministra de Igualdad, Bibiana Aido, ya no llaman la atención de nadie. Dan lugar, eso sí, a que los ingeniosos construyan, a costa de ella, abundantes frases chocarreras y burlescas. De personas así, todo el mundo espera cualquier astracanada y nos extrañaríamos si se le ocurriera algo razonable. Son tan llamativas las salidas de pata de banco de esta “feministra”, que es normal que acumule premios, tan oportunos y acertados, como el de “El Tonto Contemporáneo” que le concede, por unanimidad, la redacción de La Gaceta. Y el Blog de Jesús Salamanca acaba de otorgarle el de “Borrica 2009”. Este último en dura competencia con sus colegas ministeriales Leire Pajín y Trinidad Jiménez.
Su curriculum, tan exiguo hasta ser nombrada Ministra de Igualdad, ha aumentado notablemente con su nueva actividad de enriquecer el Diccionario de la Real Academia Española, al que aporta nuevos y llamativos vocablos. No queriendo ser menos que otra ilustre antecesora suya en el PSOE, que agregó al Diccionario la palabra “jóvenas”, ella lo mejora aún más incluyendo algunas tan significativas como “miembra”, “fistro”, “feminario” y alguna más, que ahora no recuerdo.
No es menos importante su contribución a la Biología, con el descubrimiento de que un feto de 13 semanas es “un ser vivo”, aunque no un “ser humano. Fue el 19 de mayo de 2009 cuando llegó a este descubrimiento tan decisivo y nos lo dio a conocer a través de la Cadena Ser, al contestar a un oyente con estas palabras: El feto de 13 semanas es “un ser vivo, claro; lo que no podemos hablar es de ser humano, porque eso no tiene ninguna base científica”.
Las nuevas palabras y el descubrimiento biológico nos dan la auténtica medida intelectual de Bibiana Aido Almagro. La Divina Providencia no quiso malgastar en ella grandes dosis de inteligencia ya que consideró que, para ser una simple ministra de cuota, con saber hacer una ‘o’ con un canuto y poco más, ya iba bien servida. Para malgastar dinero del erario público, tampoco hace falta derrochar inteligencia. Basta con dejarse llevar del ambiente dilapidador, puesto en marcha con bastante más éxito que decencia por José Luis Rodríguez Zapatero. Con emular los ejemplos aportados por otras carteras del Ejecutivo de Zapatero, es muy fácil alumbrar alguna que otra excentricidad en cuestión de subvenciones absurdas a organizaciones más o menos ligadas al PSOE. Un ejemplo bien claro lo tiene en su colega ministerial Ángeles González-Sinde.
En este sentido, el Ministerio de Igualdad con su ministra Aido al frente, se descorchó concediendo varias e insospechadas subvenciones, a través del Instituto de la Mujer, a la entidad Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres. El importe global de estas subvenciones, según el Boletín Oficial del Estado del 5 de enero, asciende a los 35.500 euros.
El desglose de estas ayudas es muy llamativo. El lobby feminista, innegablemente muy próximo al Gobierno, se lleva 10.000 euros para los gastos del denominado “feminario”. Otros 10.200 euros para atender al mantenimiento de la asociación. Los 15.300 euros restantes son asignados a las revistas de la plataforma y a su jornada ‘Por la Igualdad Salarial’.
El “feminario”, celebrado en Córdoba, fue inaugurado por Bibiana Aido el pasado día 13 de noviembre. Las jornadas se prolongaron a lo largo del día 14 de noviembre. Y el lema de dicho evento feminista no podía ser más expresivo: “Los derechos de las mujeres son derechos humanos”. Al revés que el feto, la mujer, por lo visto, si es un ser humano.
En el discurso inaugural del “feminario”, la ministra Bibiana Aido hizo un panegírico encendido de la nueva Ley del Aborto. Para sus cortas luces, la polémica normativa que permite abortar era necesaria para “acercar España a la realidad de Europa”. El “feminario” utilizó estas jornadas para elaborar y firmar una declaración muy crítica con la Iglesia. En semejante alegato se pide a la ONU que retire “al Vaticano el estatus actual del que goza este organismo, y que hasta ahora le ha permitido intervenir y votar en las reuniones donde se diseñan las estrategias para las mujeres en todo el mundo, y que permanentemente bloquean o imponen su doctrina”.
Este lobby feminista cree que es necesario “caminar hacia un feminismo global”. Por eso deciden “hacer un llamado urgente a nivel nacional e internacional para que se realice una Conferencia Mundial de las Mujeres”, ya que, según dicen, “se encuentra en crisis el estado de los Derechos de las Mujeres en todo el mundo”. Puesto que no cumplían con menos, incorporaron el famoso “miembras” de la ministra Aido al texto de las conclusiones.
Además de las subvenciones anteriores, que se llevó la Plataforma Andaluza organizadora del “feminario”, en el mismo Boletín Oficial del Estado del 5 de enero, se conceden otros 10.000 euros a la Confederación Española de Lesbianas, Gays, Bisexuales y transexuales. Este dinero va destinado a cubrir los gastos originados por el desarrollo de un programa de “formación, sensibilización y prevención de la violencia entre parejas de lesbianas”.
Como Bibiana es mucho Bibiana y no hay quien la pare en barras, concede otros 35.000 euros a la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales para financiar todo un “programa de promoción de la visibilidad de las mujeres lesbianas a través de la formación y el uso de las nuevas tecnologías”. Esta Federación es la misma que, el pasado 27 de diciembre, abogó por la “eliminación de los pactos de Estado con el Vaticano por su freno al avance de los Derechos Humanos”.
Está claro que Bibiana Aido, en eso de despilfarrar dinero a pesar de la crisis, ha resultado ser una discípula muy aventajada del resto del Gobierno de Zapatero.

Gijón, 13 de enero de 2010

José Luis Valladares Fernández

martes, 12 de enero de 2010

JOSÉ BONO Y SUS EXIGENCIAS AL EPISCOPADO

De seguir así las cosas, José Bono terminará por denunciar a la Conferencia Episcopal Española por daños morales, por indicar que hay razones suficientes para negarle la comunión. Y, como indemnización, exigirá que se le declare católico por decreto y se le proponga, a la vez, como modelo ejemplar para el resto de miembros de la Iglesia. Su abogado, para este extraño proceso, no puede ser otro que José Blanco, católico confeso y, a la sazón, vicesecretario del PSOE y ministro de Fomento.
A José Bono posiblemente le pierda la vanidad y la soberbia. No puede tolerar que, unos simples obispos, le bajen de ese pedestal, al que se ha subido presumiendo de católico perfecto y cabal. La “jerarquía eclesiástica” no es nadie para prohibirle a él comulgar, y menos por un “asunto personal”, como es su voto a favor de la ley del aborto.
A José Blanco, en cambio, quizás le pierda la ignorancia y por eso se lanza, sin paracaídas, a defender a ultranza la catolicidad o el ‘ser-católico’ de José Bono. Tilda de hipócrita a la Conferencia Episcopal Española por atreverse a afirmar que hay motivos sobrados para negar la comunión a Bono, y no haber adoptado la misma postura con los miembros del Gobierno de Aznar. Basa su razonamiento en que entonces “había una ley del aborto, había divorcios y había abortos”, y no hicieron nada para impedir que “se practicaran 500.000 interrupciones de embarazos”. Por lo que considera que, en la Iglesia Católica española, hay “una contradicción permanente” ya que no negaron la comunión a nadie “mientras gobernaba la derecha”. Y concluye José Blanco que hay “demasiada hipocresía” entre los obispos y les recomienda “que prediquen el Evangelio en lugar de atacar las leyes que emanan de la voluntad democrática de los ciudadanos”.
José Blanco es otro acendrado católico, aunque ande algo más remiso que Bono en la práctica del mismo, ya que, según dice él mismo, no es “asiduo practicante” de la religión. La maldad de Blanco le lleva a ignorar, que aquella ley fue promulgada por el PSOE, en un Gobierno de Felipe González. También quiere ignorar que para aquella ley, la interrupción voluntaria del embarazo era un delito aunque, en algunos supuestos, se despenalizara su práctica. La ley impulsada por el Gobierno de Zapatero, para empezar, es radicalmente diferente ya que, en ella, el aborto deja de ser delito y pasa a ser un derecho exclusivo de la mujer.
Piensa José Bono, y piensa mal, que “hay un sector de la Iglesia que no acepta que haya cristianos que seamos o votemos socialista”. “Aspiro a compatibilizar mi fe y mis ideas”, apuntó después. A la jerarquía eclesiástica, como al resto de los católicos, les importa un bledo que Bono sea socialista, comunista o lo que quiera. Como si quiere hacer un curso de Tai-Chi por correspondencia. Lo que critica la Iglesia es su apoyo decidido a una ley que atenta directamente contra la vida humana y presuma después de católico ejemplar. Y además que se fanfarronee de que ha ido a comulgar sin arrepentimiento previo y sin el debido perdón ya que, según afirma, no cometió ningún delito. Se le pide simplemente coherencia.
Para justificar su actuación, cita de nuevo la encíclica “Evangelium Vitae” de Juan Pablo II, donde se dice que “los políticos pueden votar leyes que regulan el aborto si creen que están reduciendo el mal que significa”. No es precisamente este el caso del proyecto de Ley propuesto por Bibiana Aido, ya que el aborto pierde el carácter delictivo y pasa a ser un derecho exclusivo de la mujer. Este nuevo cariz de la futura ley, como dice la Conferencia Episcopal acertadamente, “supone un retroceso en la protección de la vida y no es posible invocar” esa encíclica.
José Bono, o quiere hacernos tontos, o le ciega la soberbia y la vanidad. Que nos diga que la nueva ley “es más limitativa que la actual” es imperdonable en una persona que presume de tener una formación intelectual exquisita. Él sabe muy bien que no es así, como también sabe que, para la Iglesia, la vida, incluida la de quienes aún no han nacido, es sagrada y forma parte de los derechos fundamentales e inalienables del ser humano. Nadie le negará a Bono su derecho a apoyar o a rechazar esta nueva Ley del Aborto, pero que se deje de gaitas y no nos venga con el cuento de que, apoyándola, se contribuye a reducir el número de abortos en España.
Tampoco es característico del buen católico que quiera justificarse a sí mismo, de modo tan aparatoso y artero, descalificando a quienes han votado en conciencia contra esa ley, priorizando sus convicciones políticas y, sobre todo, las morales. Por lo que parece, no todos tienen una conciencia tan laxa como él. Pues está claro que Bono prefirió el pesebre o el comedero político a los dictados de su interior. Y si fuera honesto y razonable, en vez de levantar la voz, guardaría un prudente silencio sin dar lugar a esas baladronadas absurdas que lanza contra la jerarquía de la Iglesia española. ¡Ni que fuera un moralista de prestigio universalmente reconocido!
El ser católico y pertenecer por tanto a la Iglesia católica, Apostólica y Romana es algo voluntario. A nadie se le obliga a entrar a formar parte de esa Iglesia ni a recibir ninguno de los sacramentos. Es algo voluntario y que nace del interior de cada uno. Y el ser católico de verdad implica la aceptación, de manera clara y precisa, de unas normas y unos principios, entre los que está el derecho inalienable a la vida. Si obvias esas normas básicas y esos principios, tu mismo te excluyes de la Iglesia. Pasa exactamente lo que en la pertenencia a cualquiera de los partidos políticos. O guardas sus normas y te adaptas a su disciplina interna, o vas fuera del partido. De esto sabe mucho José Blanco.

Gijón, 8 de enero de 2010

José Luis Valladares Fernández

viernes, 8 de enero de 2010

MAL COMIENZO EN LA PRESIDENCIA EUROPEA

La mala suerte persigue a José Luis Rodríguez Zapatero en su estreno como presidente de turno de la Unión Europea. Con su desmedida avidez por estrenarse como mandatario europeo, no pensó jamás que, con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, la Presidencia de turno se convertía en un cargo meramente protocolario. Le urgía auparse a ese puesto lo antes posible para redimirse ante la ciudadanía española. Las circunstancias económicas y su mala gestión de la crisis le zarandearon de tal manera, que necesitaba resarcirse de todos sus contratiempos y, como el ave Fenix mitológica, resurgir con fuerza de sus cenizas.
De ahí que cerrara 2009 y abriera 2010 plenamente eufórico y con un entusiasmo inusitado.
Pero la estrella de Zapatero, al igual que su talante, se ha desvanecido y, como si fuera su sombra, le acompaña la mala suerte. Como aperitivo se encuentra con los duros comentarios de la prensa europea, que pone en solfa su capacidad para presidir el Consejo de ministros de la Unión Europea. Nadie espera que pueda adoptar las medidas útiles y eficaces que precisa la Unión. Es cierto que se trata de una presidencia descafeinada al aplicarse el Tratado de Lisboa y será el belga Herman Van Rompuy, como presidente permanente, quien lleve la voz cantante.
Aún así, la prensa europea recuerda que España vive la peor crisis económica de toda su historia y una tasa de paro registrado rondando el 20%. Se completa el cuadro con un déficit cercano al 12 % y con los diversos sectores industriales prácticamente hibernando. El consumo está por los suelos y los ciudadanos ahorrando por lo que pueda ocurrir, mientras el Gobierno y las comunidades autónomas despilfarran y derrochan el dinero que no tienen. Es normal que, teniendo en cuenta estas circunstancias, Europa no espere prácticamente nada de nuestro país. Pues son conscientes de que España, liderando la destrucción de empleo y sin esperanzas de abandonar la recesión, no podrá contribuir de modo positivo a la recuperación económica de la eurozona. Más aún: piensan que Zapatero utilizará esa presidencia para enmascarar los problemas estructurales de nuestro país y tratar de recuperar así su popularidad perdida.
Por si fuera poco que la prensa europea reciba de uñas la Presidencia española, a Zapatero se le acumulan los problemas. Si pusiera una fábrica de sombreros, seguro que los niños comenzaban a nacer sin cabeza. Para tratar de dar relieve a la Presidencia europea, encarga a Telefónica y Telefónica Móviles la elaboración y mantenimiento de una página web que costó la friolera de 12 millones de euros. Nada más ponerla en funcionamiento, un ‘hacker’ logra sabotearla, saltándose todos los sistemas de seguridad de la misma. Y tiene la osadía de sustituir la imagen de Zapatero por una foto del popular personaje de humor Mr. Bean. El humorista aparece sonriente, con su habitual cara de sorpresa, saludando coloquialmente a los internautas. ¡Menuda broma le ha gastado a Zapatero este pirata informático!
Prácticamente simultanea a la chacota del ‘hacker’ alemán, recibe una segunda bofetada, cuando menos falta le hacia. Se la propinan, desde Cuba, sus amigos los hermanos Castro. El eurodiputado Luis Yáñez, que había viajado a Cuba de vacaciones junto a su esposa, la diputada Carmen Hermosín, es rechazado en el aeropuerto de La Habana, prohibiéndole la entrada en Cuba. Las autoridades cubanas, con ese comportamiento tremendamente totalitario que les caracteriza, posiblemente quisieron castigar al Gobierno español por considerar muy tibia la defensa de Cuba ante los demás miembros de la Unión Europea. Quieren ver cumplidas las palabras de Miguel Ángel Moratinos, después de visitar a Raúl Castro en octubre pasado: no se puede “pedir gestos” a Cuba sino que “hay que seguir trabajando, teniendo el respeto a lo que es su política y su acción”.
Y como no hay dos sin tres, el primer presidente permanente de la Unión Europea, el conservador belga Herman Van Rompuy, se adelanta a Zapatero y convoca por su cuenta una cumbre extraordinaria de los Veintisiete para el próximo 11 de febrero. Una cumbre que tratará de “preservar el modo de vida europeo”, centrada principalmente en la salida de la crisis económica. Ya solamente le queda a Zapatero, que sea también Van Rompuy el primero que se entreviste con Barack Obama en este primer semestre de 2010.
Para romper el maleficio, José Luis Rodríguez Zapatero llama a la Moncloa al ex presidente Felipe González, al ex ministro y ex comisario europeo Pedro Solbes y al francés Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea de 1985 a 1995. Quiere conocer su opinión sobre las actuaciones que precisa la Unión Europea, para dejar atrás lo antes posible la prolongada recesión.
Es muy significativo que Zapatero quiera pedir consejo a Felipe González y a Pedro Solbes para determinar las prioridades de la Presidencia española. Pues a nadie se le puede olvidar la herencia de Felipe González, marcada por el 23% de paro de la población activa y sin cumplir ninguna de las condiciones exigidas por el Tratado de Maastricht para entrar en la Unión Monetaria. Ocurre lo mismo con Pedro Solbes que fracasó como Ministro de Economía con Felipe González, naufragando por segunda vez en el Gobierno de Zapatero.
Convencido de su escasa capacidad intelectual, trata de salir airoso de los distintos eventos, acudiendo a lo que él llama ‘comité de sabios’, que, los que lo integran, la mayoría de las veces están tan menguados de luces como el propio Zapatero. El ‘comité de sabios’ es, ni más ni menos, una célula de asesoramiento creada para cada situación, en este caso para la Presidencia de la UE. Pero es igual: o este ‘comité de sabios’ dice lo que él piensa o no tiene en cuenta sus consejos. Es la manera de actuar de Zapatero. La mera reunión con el ‘comité de sabios’ ya avala cualquier idea que se le ocurra. En realidad, es la foto lo que vale y, por eso, pone todo su empeño en conseguirla.

Gijón, 7 de enero de 2010

José Luis Valladares Fernández

martes, 5 de enero de 2010

BALANCE ECONÓMICO Y PREVISIÓN PARA 2010

Cerramos el año 2009 con unos datos económicos manifiestamente mejorables. El presidente del Gobierno, con su terquedad e incompetencia, nos ha metido en la peor crisis de toda nuestra historia. Pero es peor aún el desastre económico que se avecina que, dentro ya del nuevo año, va a adquirir proporciones insospechadas. La impericia de Zapatero no da para más y, por lo tanto, seguiremos batiendo records negativos. Y es que la crisis le ha superado ampliamente. Es un traje que le queda demasiado grande. Zapatero, como era de esperar, no ha dado la talla y es incapaz de dar una salida aceptable a la situación económica creada.
En la rueda de prensa posterior al último Consejo de Ministros del año, Zapatero se ha empeñado en presentarnos un panorama para el año 2010 algo más halagüeño que el de 2009. En un tono bastante optimista, aunque le desmentía la expresión de su cara, comenzó diciendo que el Ejecutivo pondrá todo su empeño en luchar contra el paro. Para ello, aplicará distintas medidas para fomentar la creación de empleo. En el año 2009, dijo Zapatero, "la crisis se ha manifestado en toda su crudeza". Y agregó seguidamente: "Tenemos que tener presente la magnitud de lo que hemos vivido y que estamos empezando a dejar atrás lentamente".
Como Zapatero es un personaje tremendamente humilde, confiesa que, gracias a lo mucho y bueno que ha hecho el Gobierno durante el año 2009, las perspectivas para 2010 van a ser notablemente mejores que las del año que termina. Por eso dedicó buena parte de su intervención a ensalzar esas medidas, sin reparar en que habían sido muy pobres en resultados. Ponderó especialmente el famoso Plan E y los créditos del ICO. Disculpó nuestros problemas económicos, aludiendo a las cifras de la crisis económica internacional, olvidándose de que muchos países ya han abandonado la recesión.
También mencionó la Ley de Economía Sostenible afirmando que ayudará muy positivamente para acelerar la ya próxima recuperación. Gracias a todo esto, dice Zapatero, habrá “una clara y contundente moderación en la destrucción de empleo en 2010", aunque seguirá habiendo cifras “muy duras”, que van a exigirnos “esfuerzos adicionales” y un “trabajo constante” para que, cientos de miles de desempleados, puedan recuperar próximamente su empleo.
Como Alicia en el País de las Maravillas, Zapatero se mueve en un mundo virtual, muy distinto al que él ha contribuido a construir con su mala gestión económica. Ajeno a la tozuda realidad en que nos movemos, afirma alegremente que la economía española está en un “momento de tránsito” de la recesión a la recuperación, que, según dice, “se confirmará en 2010”, dando lugar a que se genere empleo neto en el segundo semestre del año. Lo malo es que ese tránsito o paso de la recesión a la recuperación va a ser tan impracticable como el ‘Paso de las Termopilas’. El rey Jerjes, después de sufrir varios descalabros y viendo ya imposible atravesar ese estrecho desfiladero ocupado por los griegos, escuchó a un lugareño, enterándose así de la existencia de otra ruta alternativa, la ‘senda Anopea’ que le llevaría a la victoria. Como Zapatero no escucha a nadie, la crisis le zarandeará sin piedad en ese angosto ‘paso’ de la crisis, detrás del cual debiera estar la ansiada recuperación.
Piensa Zapatero que, en el año 2010, se evidenciará una mejora considerable de nuestro sistema productivo. Para lograr esto, ha dicho, el Ejecutivo se involucrará de lleno en la reactivación económica, buscando que la economía sea más competitiva. Para ello, pondrá en marcha las reformas que estime necesarias. Para lograr todo esto, destacó dos objetivos prioritarios que acapararán su atención durante 2010: la Ley de Economía sostenible y el acuerdo social entre los interlocutores sociales y el Gobierno para “mejorar y renovar” el mercado de trabajo. Y reta a las Comunidades Autónomas y a las Entidades Locales para que colaboren decididamente en las iniciativas de reforma, de modernización y consolidación fiscal, ya que son fundamentales para promover el crecimiento económico.
Admitió Zapatero, eso sí, que la recuperación va ser “lenta y difícil”. Se conseguirá, dijo, de forma “progresiva y no de la noche la mañana”. "Queremos transitar en 2010 en una situación económica de prosperidad del país", añadió. Y continuó: "He tenido siempre en mi trayectoria política confianza en nuestras posibilidades a pesar de que la época haya sido dura y mala como la de ahora". Y se atreve a confesar que, en términos generales, volvería a repetir su actuación para contener la gravedad de la crisis.
Está empeñado Zapatero en hacernos ver que, durante el año 2009, España se ha consolidado en el mundo. Ahora, dice, somos más fuertes y tenemos más peso. Será entre los bolivarianos de Chávez, entre los indigenistas de Evo Morales y en otros pueblos gobernados por dictadorzuelos del mismo jaez. En el resto del mundo libre, Zapatero está haciendo el más solemne ridículo y la consecuencia lógica es que nos tomen a todos los españoles por el pito del sereno y que nos veamos obligados a pagar sus platos rotos
Ya está bien de mesianismos extemporáneos, que lo único que logran es prolongar nuestra agonía económica. Este agorero vendedor de promesas vacías nos ha hecho perder el año 2009 y, según todos los indicios, perderemos también el nuevo año y hasta el vagón de cola de los países de nuestro entorno. El ‘corralito’ argentino lo tenemos ahí, acechando a la vuelta de la esquina.
Se empeña en presumir de lo que ha hecho, y no ha hecho otra cosa que agravar la crisis. Ha atacado a los empresarios, que son los que, en realidad crean empleo y nos vende como un gran logro la prolongada paz social. Obvia, naturalmente, la elevada cantidad de dinero que se llevan los sindicatos para mantenerse callados y el deterioro empresarial que ocasiona. La paz social, así lograda, está hipotecando nuestro futuro económico.
Lo de Zapatero es vaticinar nuestra recuperación económica. Será ya la novena o décima vez que anuncia, con solemnidad bobalicona, que hemos tocado fondo. Pero cada vez nos hundimos más en la miseria. Sus augurios son filfas que nos cuenta una y otra vez, pero que la cruda realidad desmonta una detrás de otra. Es un personaje que ha dilapidado ya la poca credibilidad con que contaba.
Hasta ahora, tal como indica Zapatero, el Plan E era un “poderoso” instrumento para combatir la crisis. Consolidó el sistema financiero, protegiendo los ahorros de los ciudadanos y generó, además, cerca de medio millón de empleos. Significó, dice, “un esfuerzo global” sin precedente alguno. En realidad, ¡dejémonos de zarandajas!, fue un despilfarro de dinero, 8.000 millones de euros, de los cuales una gran parte se fue en carteles de propaganda y la otra parte sirvió para alumbrar raquíticos trabajos fugaces que no solucionaron nada. Gastar grandes cantidades de dinero así, a lo loco, en inversiones improductivas, nos hunde cada vez más más en la indigencia.
Sin renunciar a nuevas ediciones del Plan E, se inventa ahora la Ley de Economía Sostenible. Y nos la presenta como si fuera el bálsamo de Fierabrás que va a curar de inmediato todos los males de nuestra economía. En esta Ley de Economía Sostenible hay de todo, menos medidas económicas fiables que puedan aportar algo útil. Está llena de retales de sus medidas anti crisis anteriores, tan evanescentes que no solucionaron nada. Faltan medidas estructurales que, al menos, frenen nuestra caída y que generen expectativas reales de creación de empleo.
Así las cosas, si Zapatero insiste en esa óptica meramente ideológica y partidista, el año 2010 será aún más negro que el que acaba de terminar. Es demencial la actitud de este Gobierno gastando habitualmente mucho más de lo que ingresa. Nada más y nada menos que un 73% más Y, para complicar más las cosas, el 50% de ese gasto se está financiando con deuda. A finales de 2010 nos encontraremos con un déficit, al menos, del 12%, cuando 2009 ha cerrado prácticamente en el 10%.
Para gestionar la economía, dice Zapatero, he procurado “llevar a cabo nuestro proyecto con la impronta del diálogo y colaboración”; y “hemos dialogado con casi todos los sectores”. Pero ese ‘casi todos los sectores’ comienza y termina en los sindicatos. Como buen personaje doctrinario, no escucha a nadie. Él solo se lo guisa y solo se lo come, y así nos va.
Hay indicios sobrados de que, durante 2010, va a continuar cayendo el consumo. La inoportuna subida de impuestos empujará a los consumidores en ese sentido. Son muchos los mileuristas que se ven obligados a prescindir hasta de artículos de primera necesidad. El 57 % de la población asalariada española no llega a cobrar, ni siquiera, los mil euros mensuales. Y aún es peor la suerte de más de otros 3 millones los asalariados, que tienen que conformarse con un ingreso medio anual de 1.823 euros. Y la pobreza, como siempre que los socialistas están al frente del Gobierno, afecta cada vez a mayor número de ciudadanos españoles. El número de indigentes y “sin techo”, ya abundante, aumentará de forma escandalosa durante el año que ahora comienza.
Al disminuir el consumo, disminuye la actividad en las empresas, muchas de las cuales se verán obligadas al cierre. En contra de las esperanzas del Ejecutivo, siguen creciendo las quiebras empresariales. Durante el cuarto trimestre de 2009, el número de procesos concursales ascendió a 1.564 concursos de acreedores. Nada menos que un 33% más que en el trimestre anterior.
El cierre de tanta empresa se traduce en una destrucción clara de empleo considerable, aumentando el número de desocupados considerablemente. Ni en los peores tiempos de Felipe González se alcanzaron cotas tan elevadas de desempleo. Son muchos los que han perdido su trabajo, bastantes más de los inscritos en las listas oficiales del INEM, ya que el Ministerio de Trabajo camufla todos los que puede. Pero 2010 va a romper todos los moldes y sobrepasaremos la temible cifra de los 5 millones de parados. El futuro se presenta muy negro, hasta para la Seguridad Social, ya que, al disminuir el número de los cotizantes, pueden verse afectadas hasta las pensiones.

Gijón, 4 de Enero de 2010

José Luis Valladares Fernández

sábado, 2 de enero de 2010

EL ABORTO CONVERTIDO EN DERECHO

La testarudez y el capricho malvado de un Gobierno y un partido, carentes de ideas de mayor alcance, sacan a flote el proyecto de Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que pasa ahora al Senado. Proyecto defendido con todo ardor por unas mujeres que nunca fueron madres y que desconocen lo que significa y representa la maternidad.
El pasar de una simple despenalización del aborto en algunos supuestos, a convertirlo ahora en un derecho exclusivo de la mujer, supone un paso demasiado macabro. Nos dice Carmen Montón que esta ley respeta "el derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad" y da cumplimiento a "una histórica reivindicación” de las feministas. Y esta ponente del PSOE quiere hacernos ver que se trata de todo un avance social, de los difíciles de lograr por concernir a los derechos de las mujeres. Y, como de perdidos al rio, agrega entusiasmada: “hoy me siento orgullosa de vivir en este tiempo y en este país, con un Gobierno comprometido con la igualdad"
Más que de un avance social, se trata de una regresión a un pasado muy lejano, donde tales hechos podían ser disculpables. Hoy día es plenamente censurable ese falso progresismo que nos lleva a dejar de ser humanos y a revolcarnos en todo un lodazal que huele a muerte y a descomposición. Hacemos buenos a los espartanos que se deshacían de los bebés que venían a este mundo con alguna tara física. De acuerdo con las leyes implantadas por Licurgo, cuando en Esparta nacía un niño, un consejo de ancianos lo examinaba detenidamente. Si lo encontraban con algún defecto o débil de complexión que lo incapacitara para ser un buen soldado, lo llevaban a lo más alto del monte Taigeto y, desde la cumbre, de unos 2400 metros de altura, los despeñaban sin piedad.
Estas leyes por las que se regían los espartanos eran claramente muy severas y arbitrarias, pero no tanto como la que tratan de imponernos ahora desde el Gobierno socialista. Los espartanos, al menos, esperaban a que nacieran los niños y solamente eliminaban a los que venían al mundo con algún defecto que les impidiera formar parte de la milicia. La que nos impone ahora el Gobierno va mucho más lejos y faculta a las mujeres para que pongan fin a la vida de los bebés en gestación de manera indiscriminada, estén sanos o no. Un asesinato en toda regla de niños inocentes dentro del seno de su madre. Todo un vergonzoso holocausto, que se lleva a cabo con la anuencia obscena del Gobierno y con el incondicional apoyo de los socialistas.
La ministra Bibiana Aido, felicitada efusivamente por las demás ministras de cuota, ha dejado su huella personal en tan macabro proyecto de ley. La ministra de Igualdad, tan menguada de luces, concibe el aborto como un simple anticonceptivo más y, por lo tanto, lo convierte frívolamente en una mera solución rutinaria sin importancia alguna. Llegó a compararlo con una simple operación de estética, algo así como variar el volumen de los pechos.
Según nos recuerda el Deuteronomio, Javhe dice al pueblo judío, una y otra vez, “recuerda que fuiste esclavo en el país de Egipto”, para que entre ellos no hubiera esclavos. Parafraseando esta recomendación de Javhe, habrá que recordar a Bibiana Aido y a todas y a todos los partidarios de la nueva ley del aborto, que también ellos fueron fetos durante una etapa de su vida y que nadie cortó su iniciada trayectoria vital. Pero este argumento antropológico, tan positivo entre los judíos llegados a la Tierra Prometida, quizás no surta efecto alguno entre estos nuevos Herodes, que se creen con derecho a disponer de la vida de tanto inocente. Están tan embebidos en la cultura de la muerte, tienen tan embotada su inteligencia y son tan inhumanos que piensan que el aborto, es por sí mismo, la respuesta adecuada y definitiva a las aspiraciones de tanta feminista desaprensiva.
Criticamos hoy con dureza extrema los crímenes del nazismo, las purgas feroces del comunismo y hasta las represiones tan habituales en cualquier país, después de una guerra. Lo mismo harán con nuestra sociedad las generaciones futuras, ya que el aborto es una atrocidad monstruosa, cometida además contra los seres humanos más inocentes y más indefensos. Se trata, por lo tanto, de un crimen, de un asesinato en toda regla, que repugna a la inteligencia y al más elemental sentir humano. El aborto voluntario, diga lo que diga la nueva ley, es un auténtico genocidio que, algún día, tendremos que lamentar.
Es una patraña insidiosa la afirmación de Gaspar Llamazares de que “los que están en contra de la reforma quieren volver a los tiempos del silencio y de la represión donde había más interrupciones y represión de las libertades”. Entonces, para ser plenamente libres, habría que legalizar el asesinato para que cada uno pudiera dar muerte a todo aquel que le estorbe o le incomode.
Los promotores de semejante ley saben que la mayoría de los profesionales de la medicina rechazan el aborto voluntario. Lo rechazan, en primer lugar, porque va contra el derecho más elemental de las personas, el derecho a nacer y a vivir. Y lo rechazan, también, por el hecho evidente de que su profesión está al servicio de la salud y de la vida, no de la muerte. El famoso juramento hipocrático, además de exigir rectitud, es muy claro al respecto: “No me avendré a pretensiones que afecten a la administración de venenos, ni persuadiré a persona alguna con sugestiones de esa especie; me abstendré igualmente de suministrar a mujeres embarazadas pesarios o abortivos”. Para prevenir cualquier eventualidad derivada de la objeción de conciencia, la ley no les reconoce el derecho a objetar, ni ampara la confidencialidad de los que adopten tan valiente decisión, ni garantiza el resto de sus derechos profesionales.
Como dijo recientemente Benedicto XVI, “Es compromiso de todos acoger la vida humana como don que se debe respetar, tutelar y promover, mucho más cuando es frágil y necesita atención y cuidados, sea antes del nacimiento, sea en su fase terminal". Frase que no puede ser más acertada, ya que ese respeto y tutela que debemos a todas las personas se fundamenta, no en una religión determinada, sino en la propia humanidad. Por lo tanto el aborto no es un problema exclusivo de los cristianos en general, ni de los católicos en particular. Son muchos los que no comparten la fe católica, ni se consideran cristianos y están, abierta y decididamente, contra el aborto.
Si somos católicos, debemos ser aún más exquisitos en la defensa de la vida y de cualquier derecho humano. Es de cobardes confesarse católicos y avalar con su voto tan aberrante ley. Los que hacen esto, como es el caso de José Bono y de José Blanco, demuestran ser católicos de alpargata o de pacotilla, que tanto más da. Les importa bastante más el comedero público que la religión y que la vida de otras personas.
Es alucinante que los diputados del PNV, que presumen de pertenecer a un partido católico y vaticanista, se hayan adherido a tan cínico proyecto de ley y, encima, lo consideren un acto de valentía. Quizás se hayan vuelto amnésicos y no recuerdan ya sus orígenes. "El PNV, en un acto de valentía, decidió implicarse en este aspecto y no cerrar los ojos ante el problema del aborto. Nuestra participación no traiciona nuestro sentido humanista de la política", dijo Joseba Aguirretxea. Y defendió el apoyo de su grupo al aberrante dictamen sobre el aborto, para que dicha ley sea "más humana, más cercana y responsable" que la anterior.
El derecho a la vida, defendido claramente en el artículo 15 de nuestra Constitución, presupone el derecho a nacer. Esta es la redacción de ese artículo: "Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a torturas ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte". En realidad, la Constitución Española copia prácticamente al pie de la letra, lo que dice al respecto la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y es obligación del Estado proteger y garantizar todos esos derechos fundamentales, que ahora quieren conculcar.
La Declaración Universal de los Derechos del Niño no deja lugar a dudas. Hay afirmaciones rotundas a este respecto en el preámbulo: “Considerando que el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento”. Y se insiste: “el niño necesita protección jurídica adecuada, tanto antes como después de nacer”. Es el titular de una serie de derechos inalienables e irrenunciables, que debemos respetar. Hasta en la Antigua Roma, donde se acuñó el concepto de nasciturus, el no nacido era considerado ya un bien jurídico. Tal es así que, si una mujer embarazada era condenada a muerte, se posponía la ejecución hasta el nacimiento del hijo.
Es de lamentar que las personas que, por sus creencias, debieran oponerse a este suicidio demográfico generalizado entre nosotros, hayan contribuido con su voto positivo a convertir en derecho lo que es un claro delito, esté penalizado o no. Tratan de justificar su actuación y de acallar su conciencia con la falsa suposición de que, con esta nueva ley, va a disminuir la práctica del aborto. Saben de sobra que va a aumentar considerablemente, pero les falta el coraje y el valor necesario para reconocerlo. Ya que no fueron valientes para oponerse a esa reforma criminal, al menos que se callen y que no busquen disculpas absurdas.

José Luis Valladares Fernández